El pasado lunes el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, acudió a Zamora para mantener una reunión de trabajo con el presidente de la Diputación, Francisco Requejo. Tras ello, Francisco Igea atendió a los medios de comunicación siendo preguntando por la cercanía de la provincia al confinamiento: "Zamora no es la zona que más nos preocupa".
Estas fueron las palabras del vicepresidente, pero seis días más tarde, el toque de queda se establece en nuestro territorio. Un vuelco de los acontecimientos que vienen dado por una alta incidencia del virus en la provincia, un incremento de la presión asistencial, pero también del empeoramiento de toda la comunidad que se han traducido en una medida restrictiva para las nueve provincias.
Tras un fin de semana que dejó cerca de 300 casos, la semana comenzó con 102 casos y una tendencia "creciente". Pese a ello, la esperanza se abría en la provincia con un martes y un miércoles que dejaron 13 y 18 casos respectivamente. Sin embargo, el jueves y el viernes vinieron a confirmar la crónica de un confinamiento anunciado con 136 y 122 nuevos casos.
El índice de fallecidos ha sido otro de los aspectos que más ha dejado patente el avance del virus con 11 víctimas mortales desde el lunes. Pero, la piedra angular de la preocupación por el avance del virus ha sido el incremento de la presión asistencial en Zamora, pasando de 80 hospitalizados por covid en planta y tres en UCI, hasta los 107 en planta y siete en UCI, acercándose al peligroso 50% de ocupación en Unidades de Críticos.
El número de brotes tampoco ha dejado de crecer, pero lo que ha sido más llamativo ha sido el incremento de casos vinculados a los mismos. Una situación que llega de la mano de tres brotes detectados en las residencias de Peleas de Arriba, Gema del Vino y Fermoselle, cerrando el viernes con 42 brotes y 501 casos relacionados.
El aspecto que más estabilidad presenta, salvo los tres brotes detectados, han sido las residencias donde se han visto incrementado los aislados y los positivos en referencia a estos focos de contagio registrados por la consejería de Familia.
Con todo ello, Zamora amanece este sábado con un nuevo compañero de pandemia: el toque de queda, que tratará de paliar el avance del virus, sin que la provincia haya sido confinada en esta segunda ola. Una medida que afecta a toda Castilla y León y pese a que la provincia no era de las que más preocupasen, esta última semana ha pasado a ser demoledora para la incidencia del Covid-19 en nuestras fronteras.
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