La Universidad Católica de Ávila ha sacado a la luz un estudio donde se muestran las variaciones poblacionales de Castilla y León (http://despoblacionrural.ucavila.es/seleccion-de-municipio), mostrando los números de población en los años 2018, 2030 y 2050, así como las tasas de envejecimiento y sobreenvejecimiento y la variación total de la población.
En el caso de la capital zamorana el número de habitantes en el año 2018 fue de 61.827, y según dicho estudio la capital pasaría a tener 57.245 y 45.722 vecinos en 2030 y 2050, respectivamente. En cuanto a la tasa de envejecimiento, el año pasado mostraba un 24,5, aumentando al 31 en 2030 y al 37,4 en 2050. Datos que siguen siendo latentes en la tasa de sobreenvejecimiento, donde pasaría del 4,7 de 2018 al 9,3 en 2050, así como en la variación total, donde en el lapso de tiempo del año pasado a la mitad del siglo sería de -26%.
Los municipios de la provincia también muestran dicha tendencia. En el caso de Fuentesaúco, la población pasaría de 1.491 a 946, números similares a los de Puebla de Sanabria, donde se refleja el descenso de los 1.409 a los 982 habitantes.
Por su parte, la localidad de Toro pasaría de tener 8.789 habitantes a 6.205 vecinos, mientras que Benavente seguiría mostrando un descenso en sus cuentas. Benavente tuvo 18.095 habitantes en el año 2018, y descendería su número hasta los 14.313 en el año 2050. Sin embargo, Fermoselle contaría con uno de los descensos más notables, pues pasaría de tener 1.225 habitantes a 576, menos de la mitad de los habitantes actuales que conforman el municipio.
Datos alarmantes en el caso de la provincia de Zamora, la cual muestra una tendencia negativa y de pérdida de población en los próximos años.
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