Zamora tiende un puente con Palestina: hermanamiento con Beit Jala en medio de la devastación
Zamora celebra este viernes su hermanamiento con la ciudad palestina de Beit Jala, un gesto simbólico de solidaridad que se acompañará de dos jornadas de actividades culturales, poesía, música y gastronomía en la plaza Mayor.
La mañana de este viernes, Zamora se prepara para vivir un acto cargado de simbolismo y emoción: el hermanamiento oficial con la ciudad palestina de Beit Jala, en Cisjordania. El Ayuntamiento acogerá el acto institucional a las once de la mañana, con la presencia de la ministra de Juventud e Infancia, Sira Abed Rego, y una delegación palestina encabezada por su alcalde, Issa Farah Issa Janineh.
Será el arranque de dos jornadas de cultura, memoria y solidaridad, en las que la ciudad se volcará con actividades que buscan acercar al público la historia, la vida cotidiana y la resistencia de Palestina más allá de los titulares de guerra.
Una alianza simbólica en tiempos oscuros
El hermanamiento entre Zamora y Beit Jala no llega en un momento cualquiera. Mientras el conflicto palestino-israelí atraviesa uno de sus episodios más dolorosos, la ciudad castellana ha querido convertirse en altavoz de la paz, la cultura y la cooperación.
Beit Jala, vecina de Belén, vive bajo una ocupación que condiciona su desarrollo y su vida diaria. Su población —con fuerte arraigo cristiano y tradición artesanal— ha sufrido durante décadas el avance de los asentamientos, la pérdida de tierras agrícolas y las restricciones de movimiento. En ese contexto, el gesto de Zamora busca reconocer la dignidad de un pueblo que resiste desde lo cotidiano, reivindicando el papel de las ciudades como actores de solidaridad internacional.
“No es sólo un hermanamiento entre dos municipios; es una declaración de humanidad compartida”, subrayan desde el Consistorio.
Cultura y memoria en la plaza Mayor
El programa que acompaña al hermanamiento convertirá durante todo el fin de semana la plaza Mayor en un escenario abierto al intercambio cultural. Las actividades combinan arte, gastronomía, cine, poesía y reivindicación social.
Viernes 24 de octubre
- 11:00 h. Acto oficial de hermanamiento en el Salón de Plenos del Ayuntamiento.
- Tarde. Proyección del cortometraje “Era sueño”, de la directora gazatí Hannen Kulab, seguida de un coloquio sobre creación artística en tiempos de guerra.
Sábado 25 de octubre
- 10:30 h. Inauguración del mercadillo de productos palestinos y de la exposición fotográfica “Para contar mi historia”, una mirada a la sociedad palestina desde 1948 hasta hoy.
- 14:00 h. Degustación solidaria de platos típicos palestinos.
- 18:30 h. Lectura de poesía de autores palestinos contemporáneos.
- 19:30 h. Desfile de vestidos tradicionales y lectura del manifiesto ciudadano de apoyo al pueblo palestino, impulsado por la Plataforma zamorana contra el genocidio en Gaza.
- 20:00 h. Clausura musical con Luis Farnox y Alma Sanz, y el baile típico Dabke a cargo del grupo Tarwida Dabke.
Todas las actividades serán abiertas al público y gratuitas, salvo la comida solidaria.
Zamora mira a Palestina con empatía
El Ayuntamiento insiste en que este hermanamiento no pretende ser un gesto político, sino un acto de compromiso cultural y humano. A través de la música, la fotografía o la gastronomía, se busca mostrar la riqueza de una sociedad que, pese a la ocupación y el sufrimiento, mantiene viva su identidad y su deseo de futuro.
La iniciativa llega también en un momento de fuerte sensibilidad social: la Plataforma zamorana contra el genocidio en Gaza ha sido una de las más activas del país en movilizaciones y actos de apoyo. La lectura del manifiesto ciudadano el sábado será, previsiblemente, uno de los momentos más emotivos del fin de semana.
Diplomacia desde las ciudades
Zamora se suma así a un movimiento creciente de hermanamientos solidarios entre municipios europeos y localidades palestinas. Son vínculos modestos, pero con un fuerte poder simbólico. Frente a la parálisis diplomática internacional, las ciudades reivindican su papel como espacios de cooperación y memoria, capaces de tender puentes allí donde los gobiernos levantan muros.
El hermanamiento con Beit Jala pretende mantenerse más allá de este fin de semana, con intercambios culturales, educativos y de sensibilización que se prolonguen en el tiempo. “Queremos que no sea un gesto puntual, sino un compromiso duradero con el pueblo palestino”, señalan desde el equipo municipal.
Una plaza que será espejo del mundo
Durante dos días, la plaza Mayor de Zamora se convertirá en un pequeño escenario de Oriente Medio. Sonarán versos, se olerán especias, se verán bordados, fotografías y danzas. Pero sobre todo, se escucharán voces.
Voces que recuerdan que detrás del conflicto hay personas, familias, artistas, niños y ciudades que quieren vivir en paz.
En un mundo saturado de ruido y polarización, quizá sea ese —precisamente— el mayor valor de un acto como este: poner rostro, cultura y humanidad donde otros sólo ven titulares.
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