El zamorano galardonado por apagar fuegos desde el aire: “Si no fuera un trabajo vocacional, no nos dedicaríamos a esto”
Antonio Abrain lleva más de 15 años pilotando helicópteros para sofocar las llamas cada campaña de incendios
Sobrevolar las llamas y el humo de un gran incendio como cualquiera de los acontecidos este pasado verano no es tarea fácil. Se realizan dos acciones que suman riesgos: pilotar y enfrentarte a un fenómeno peligroso. Saber dónde hay que lanzar el agua para sofocar el fuego requiere preparación, experiencia y valentía.
Por todos estos motivos, el zamorano Antonio Abrain Blanco, piloto del helicóptero LE3, con base en el municipio de Herrera del Duque (Badajoz), fue condecorado junto a otros de sus compañeros por su labor en la lucha contra los incendios forestales. El reconocimiento fue otorgado por la Guardia Civil de Extremadura con motivo de los actos celebrados por la festividad de su patrona el pasado 12 de octubre.
En concreto, el piloto fue reconocido por tratarse de “un profesional con gran responsabilidad individual en un trabajo arriesgado bajo condiciones adversas”. Abrain lleva inmerso en esta labor más de 15 años y como piloto más de dos décadas. Solo en esta última campaña, ha realizado 140 horas de vuelo y 1.500 descargas de agua.
Actualmente, trabaja dentro del Plan Infoex, la Dirección General de Prevención y Extinción de Incendios que administra la Junta de Extremadura. La condecoración la recibe específicamente por sus actuaciones durante los dos últimos veranos en la región.
Antonio Abrain, natural de Zamora capital, asegura que tuvo una ilusión prematura por esta profesión: “Fue algo vocacional. Tiene que serlo, porque de otro modo no nos dedicaríamos a esto. Es un trabajo muy duro y arriesgado”. Enfrentarse a cualquier incendio supone siempre una dosis de adrenalina y un momento inolvidable para él.
Aunque las labores suelen ser siempre las mismas —lanzamiento de agua, control y extinción del fuego—, cada incendio tiene unas características distintas. Señala que observar y estudiar su morfología es uno de los pasos más relevantes: “Cuando estás arriba hay que tener en cuenta el tipo de combustible (masa forestal, arbusto o pasto, entre otros), la dirección del viento y las posibles infraestructuras que se puedan ver afectadas”.
Además, hace hincapié en la importancia de prevenir los incendios o extinguirlos lo más rápido posible: “Cuanto más trabajo en esto, más me conciencio de ello”. También considera primordial que se difunda el trabajo que realizan las brigadas aéreas con el objetivo de que la ciudadanía reconozca su labor.
Antonio Abrain se muestra muy agradecido por la distinción que le han otorgado, pero asegura que es un premio compartido: “Se ha hecho un reconocimiento a mi labor, pero detrás hay muchísima gente, es un gran equipo sin el que no podríamos conseguir lo que hacemos”, declara.
Es la historia de quienes, desde el aire, ayudan a luchar contra el fuego para proteger vidas y paisajes. Aunque a menudo solo se les distinga a lo lejos o parezcan invisibles entre el humo, tienen nombre y apellidos.
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