La sangría demográfica que lleva sufriendo Zamora en las últimas décadas ha sido propiciada, entre otra cosas, por la fuga de cerebros que sufre España debido a la falta de oportunidades. Este ha sido el caso de Abel Miguel y de Patricia Pérez, dos zamoranos que traspasaron fronteras. Él eligió Londres, ella Bélgica. Ambos pasan el Día de la Hispanidad lejos de su país y de su familia, y ambos coincidieron en que se echa de menos la tierra y que la imagen que se tiene de los españoles es de fiesta y siesta.
Abel Miguel, natural de Almaraz de Duero y maestro, decidió enfocar su vida en Inglaterra para aprender inglés y de esta manera “poder tener un futuro mejor cuando volviese a España”. Confiesa que al principio de su experiencia todo era nuevo y no se acordaba mucho de España y pensaba "¡me encanta todo!”, pero a medida que pasaba el tiempo comenzó a echar de menos “lo suyo”, la cultura, la gente, la comida… Respecto a cómo pasa la Fiesta Nacional allí, explica que “por trabajo, y como allí no es festivo, nunca lo celebramos de manera especial. Si se podía, nos reuníamos unos amigos e íbamos a la misa del día, con el pensamiento puesto en España y en la Virgen del Pilar.
Por otro lado, Patricia Pérez hizo la maleta y se puso rumbo a Bélgica. Con la mirada fijada en aprender francés y encontrar una buena facultad, allí, encontró lo que buscaba. En su caso, también afirma que echaba de menos su trocito de España pero, lo que más extrañaba eran los guisos de su madre,"aquí el invierno ha llegado y el plato típico son las patatas fritas, como para explicarles qué es un cocido de tres platos". Patricia no ha celebrado de ninguna manera la festividad ya que no ha querido relacionarse mucho con otros españoles para aprender más francés. Pero, aprovechando que es fiesta en España, recibirá la visita de su novio.
Dos ejemplos, dos zamoranos, dos países y una opinión común, España se echa de menos. Los dos emigrantes coincidieron también en la visión que se tiene de los españoles en el extranjero, “somos unos fiesteros y nos encanta la fiesta, tienen los típicos tópicos”, afirmaba Patricia. Pero esas afirmaciones cambiaron en el caso de Abel que explicaba que “cuando te conocen de verdad o te ven trabajar la opinión cambia”. La valentía de marcharse y las costumbres de la Fiesta Nacional en el extranjero vividas por dos zamoranos que un día salieron de su ciudad buscando nuevas oportunidades pero con la vista puesta en el regreso.
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