Los ciudadanos de todo el mundo se están volcando en las últimas semanas en ayudar de una forma u otra al pueblo ucraniano. Recogida de alimentos, medicamentes, productos de primera necesidad o familias de acogida, son las iniciativas más repetidas en los últimos días.
Sin embargo, son muchos los que quieren ayudar con donaciones, pero se desconocen los canales oficiales, el destino de esas donaciones e incluso el uso que se les dará. A raíz de esta cadena de solidaridad, ha surgido en redes un movimiento en el que se puede ayudar de forma económica sin ni si quiera moverse de casa.
Esto ha surgido a través de la plataforma de alquiler de viviendas y pisos turísticos Airbnb en el que cualquier ciudadano puede pagar el alquiler de los pisos ofertados por noche e incluso por periodos más largos e informar de que no se va a acudir.
De esta forma se establece un alquiler fantasma que podrá ser utilizado por cualquier ciudadano que lo necesite ya sea en Ucrania, en Polonia o Rumanía, además de otros países a los que están emigrando los ciudadanos ucranianos en su huida del horror.
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