Un apagón anunciado: nuevos datos sobre el gran cero eléctrico del 28 de abril

Un informe del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Universidad Pontificia Comillas apunta a una deficiente programación de generación síncrona y una red eléctrica frágil como los factores clave detrás del apagón

Así se ha vivido el apagón en Zamora
Así se ha vivido el apagón en Zamora

Un estudio técnico independiente identifica las causas del apagón eléctrico del 28 de abril en el sistema peninsular español, uno de los más relevantes de los últimos años. El análisis, elaborado por el Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Universidad Pontificia Comillas a petición de Endesa e Iberdrola, señala como "causa fundamental" la escasa programación de generación síncrona con control dinámico de tensión, principalmente a través de ciclos combinados y energía nuclear.

Esta debilidad operativa, unida a una red de transporte eléctrica insuficiente en el sur de la península, habría generado las condiciones propicias para el colapso del sistema. El informe ha sido remitido al organismo europeo Entso-e para su consideración en el informe oficial sobre el evento, que se espera esta misma semana.

Durante la presentación del estudio, el profesor Luis Rouco, uno de los autores junto a Enrique Lobato y Francisco Echevarren, destacó el cambio “radical” en la forma de operar el sistema eléctrico tras el apagón, al pasar de uno o dos grupos de ciclo combinado conectados en Andalucía antes del suceso, a unos cinco en la actualidad gracias a nuevas restricciones técnicas impuestas por REE.

Colapso por sobretensión y red débil

Uno de los conceptos clave introducidos por el informe es el del “colapso por sobretensión”, un fenómeno inédito en Europa que ocurre cuando se desconecta generación renovable que opera con factor de potencia constante, provocando aumentos incontrolados de tensión. Este problema se acentuó debido a la falta de generación síncrona en zonas críticas como el sur peninsular.

El análisis también alerta de que, a las 9:00 horas del 28 de abril, el 35% de la red de 400 kV en el centro y sur estaba desconectada, lo que incrementó la fragilidad del sistema y derivó en oscilaciones poco amortiguadas, observadas incluso en otros países europeos.

Valores críticos de inercia y estabilidad

En términos de inercia eléctrica, el informe denuncia valores preocupantes: en Andalucía, el indicador alcanzó solo 1,3 segundos, un 35% por debajo del mínimo recomendado por Entso-e, que es de 2 segundos. “Este indicador nos está informando de que las cosas no estaban bien distribuidas”, afirmó Rouco.

Durante el tramo horario más crítico, de 12:00 a 12:30, el sistema presentó oscilaciones de apenas un 1%, cuando el mínimo exigido es del 5%. Esta situación llevó a REE a conectar 11 líneas adicionales para estabilizar la red, lo que, según los autores, confirma la debilidad estructural del sistema.

Recomendaciones: más sincronía y mejor coordinación

El informe también revisa eventos previos al apagón: los días 22 y 24 de abril ya se registraron fuertes variaciones de tensión, con caídas y subidas bruscas que afectaron a infraestructuras sensibles como la red ferroviaria y complejos industriales.

En sus conclusiones, el IIT recomienda revisar los criterios de programación de generación síncrona y los procedimientos de control de tensión, especialmente en contextos con alta penetración de energías renovables. Además, insta a implementar métricas más avanzadas para anticipar situaciones de riesgo, ya que los parámetros actuales no bastan para garantizar la estabilidad del sistema.

Finalmente, el estudio subraya la importancia de reforzar la coordinación entre los distintos agentes del sistema eléctrico y de adaptar la operación a los desafíos de la transición energética. En palabras del informe, “la integración masiva de renovables exige nuevas herramientas de análisis y gestión”.

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