Dos condenados a un año de prisión por la muerte de cuatro vacas abandonadas sin comida

El Juzgado de lo Penal nº 1 de Cáceres ha condenado a prisión a dos personas por abandonar a un rebaño de vacas en una finca de Logrosán provocando la muerte de cuatro de ellas

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 Reses en una finca, en una imagen de archivo.
Reses en una finca, en una imagen de archivo.

El Juzgado de lo Penal nº 1 de Cáceres ha condenado a dos personas a un año y un día de prisión por abandonar a un rebaño de vacas en una finca de Logrosán, en Cáceres, provocando la muerte de cuatro de ellas.

El fallo del tribunal les declara culpables de un delito continuado de maltrato con resultado de muerte a animales domésticos, y un delito de continuado de abandono de animales.

También les declara inhabilitados para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de los mismos durante tres años.

Asimismo, y tras alcanzar un acuerdo previo a la celebración del juicio, deberán pagar una indemnización conjunta y solidariamente de casi 11.000 euros al dueño de la finca y de 34.700 euros al ayuntamiento de Logrosán por los perjuicios causados por los condenados al abandonar a las reses.

La sentencia considera probado que ambos acusados eran los responsables de las vacas encerradas en la finca y que, a pesar de conocer sus necesidades, "dejaron morir cuatro reses por falta de alimentación y la dispensa de los cuidados necesarios para su supervivencia", así como también "abandonaron a su suerte al resto de bovinos sin acceso a comida".

Estos hechos ocurrieron en el verano de 2017, y fue necesaria la intervención del ayuntamiento de la localidad para procurar la subsistencia de los animales "ante el inminente riesgo de que sigues en muriendo uno a uno (los animales) por esa ausencia de atenciones necesarias para supervivencia", y dado el "peligro para la salud pública" que ello suponía debido al abandono de los cadáveres y la contaminación de las aguas provocada por la putrefacción de los restos.

El tribunal cifra los gastos ocasionados por el abandono de los astados para asegurar su vida y evitar los peligros para la salud pública en 44.500 euros.

Asimismo, el propietario de la finca en la que los acusados abandonaron a los animales tuvo que hacer frente a su alimentación poniendo a su disposición sus propios pastos, sin recibir la renta correspondiente a los mismos y sin poder aprovecharlos económicamente, lo cual le supuso unas pérdidas de algo más de 14.000 euros.



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