La exposición prolongada a la contaminación del aire exterior se asocia a un mayor riesgo de demencia

Un análisis internacional con 30 millones de personas alerta del vínculo entre aire contaminado y enfermedades neurodegenerativas

29 jul 2025 - 07:05
Alzheimer
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Un análisis de estudios que incorporan datos de casi 30 millones de personas, realizado por la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica (MRC) de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha resaltado el papel que la contaminación del aire, incluida la proveniente de las emisiones de los automóviles, desempeña en el aumento del riesgo de demencia.

Así, en un artículo publicado en The Lancet Planetary Health, el equipo de investigadores realiza una revisión sistemática y un metaanálisis de la literatura científica existente para profundizar en este vínculo. Este enfoque les permitió recopilar estudios que, por sí solos, podrían no aportar suficiente evidencia, y que en ocasiones discrepan entre sí, para ofrecer conclusiones generales más sólidas.

Se estima que las demencias como el Alzheimer afectan a más de 57,4 millones de personas en todo el mundo, una cifra que se espera que casi se triplique hasta alcanzar los 152,8 millones de casos en 2050. El impacto en los individuos, las familias, los cuidadores y la sociedad en general es inmenso.

Si bien hay algunos indicios de que la prevalencia de la demencia está disminuyendo en Europa y América del Norte, en otros lugares el panorama es menos prometedor.

Recientemente se ha identificado la contaminación atmosférica como un factor de riesgo para la demencia, y varios estudios han señalado a diversos contaminantes. Sin embargo, la solidez de la evidencia y la capacidad para determinar un efecto causal han sido variables.

En total, los investigadores incluyeron 51 estudios con datos de más de 29 millones de participantes, principalmente de países de altos ingresos. De estos, 34 artículos se incluyeron en el metaanálisis: 15 se originaron en Norteamérica, 10 en Europa, siete en Asia y dos en Australia.

Los investigadores encontraron una asociación positiva y estadísticamente significativa entre tres tipos de contaminantes atmosféricos y la demencia:

  • PM 2,5 (partículas con un diámetro de 2,5 micras o menos): diminutas, se inhalan hasta los pulmones y provienen de vehículos, centrales eléctricas, industria, estufas y polvo de construcción.
  • Dióxido de nitrógeno (NO₂): presente en gases de escape de vehículos diésel y en emisiones industriales. Puede agravar afecciones respiratorias y reducir la función pulmonar.
  • Hollín: de emisiones de escape o quema de madera. Puede penetrar en los pulmones y aumentar el riesgo cardiovascular.

Haneen Khreis, autora principal del estudio, destaca:

“La evidencia epidemiológica desempeña un papel crucial para determinar si la contaminación atmosférica aumenta el riesgo de demencia... Nuestro trabajo aporta más evidencia que respalda la observación de que la exposición prolongada a la contaminación atmosférica exterior es un factor de riesgo para la aparición de demencia en adultos previamente sanos”.

Combatir la contaminación atmosférica puede generar beneficios a largo plazo en salud, economía y clima. Ayuda a reducir la presión sobre sistemas sanitarios saturados y mejora la calidad de vida de millones.

Se han propuesto varios mecanismos para explicar cómo afecta al cerebro: inflamación cerebral y estrés oxidativo, ambos implicados en la progresión de enfermedades neurodegenerativas. La contaminación entra por los pulmones, llega a la sangre y desde ahí puede afectar órganos sólidos como el cerebro.

Finalmente, los autores remarcan que la mayoría de los participantes eran personas blancas de países de altos ingresos, mientras que los grupos marginados suelen estar más expuestos y serían quienes más se beneficiarían de una reducción de estos contaminantes. Por ello, instan a ampliar las investigaciones con mayor representación étnica y geográfica.

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