La gota, una afección extremadamente dolorosa que provoca hinchazón y enrojecimiento de las articulaciones, es uno de los tipos de artritis inflamatoria más comunes en el mundo. Es más común en hombres y personas mayores, pero también puede afectar a mujeres y personas más jóvenes.
Esta enfermedad crónica es causada por una acumulación de ácido úrico en el cuerpo que conduce a la formación de pequeños cristales alrededor de las articulaciones. ¿Pero qué origina esta situación? Siempre asociamos la gota con los malos hábitos de vida y no vamos desencaminados, aunque no es la razón principal para que esta se desarrolle.
Un importante estudio internacional, dirigido por investigadores de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, ha descubierto que la gota es una enfermedad crónica en la que la genética es la causa principal, más que el estilo de vida de quien la padece. El estudio, publicado en 'Nature Genetics', ha analizado la información genética de 2,6 millones de personas.
Los investigadores analizaron conjuntos de datos de ADN fusionados de todo el mundo. Aproximadamente tres cuartas partes de los datos procedían de clientes de 23andMe, una empresa de venta directa al consumidor de productos genéticos y de salud preventiva, que dieron su consentimiento para participar en la investigación.
Descubrieron que la genética hereditaria es una parte importante de por qué algunas personas padecen gota y la mayoría de las otras no. El autor principal, el profesor Tony Merriman, del Departamento de Microbiología e Inmunología de Otago, espera que los hallazgos eliminen parte del estigma que rodea a la gota.
"La gota es una enfermedad crónica con base genética y no es culpa de quien la padece: hay que desmentir el mito de que la gota es causada por el estilo de vida o la dieta. Este mito tan extendido causa vergüenza en las personas con gota, haciendo que algunas personas sean más propensas a sufrir en silencio y a no acudir al médico para obtener un medicamento preventivo que reduzca el urato en la sangre y evite su dolor", advierte.
"La gente debe comprender que, si bien ciertos factores dietéticos, como el consumo de carne roja, pueden desencadenar ataques de gota, la causa fundamental son los altos niveles de urato, los cristales en las articulaciones y un sistema inmunológico preparado para 'atacar' los cristales; la genética juega un papel importante en todos estos procesos", añade.
La investigación identificó una gran cantidad de genes inmunes y vías inmunes que proporcionan nuevos objetivos y enfoques para prevenir los ataques de gota. El profesor Merriman espera que estos hallazgos conduzcan a un mejor tratamiento para quienes padecen gota. "Esperamos que, con el tiempo, se disponga de tratamientos mejores y más accesibles con los nuevos objetivos que hemos identificado", afirma.
No obstante, aunque la dieta juega un papel muy pequeño en los niveles altos de urato, está bien establecido que es un desencadenante de la gota en personas con cristales de urato en las articulaciones.
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