Uno de cada cinco europeos está expuesto a niveles de ruido prolongados nocivos para la salud, según la Agencia Europea de Medioambiente. Y España no es una excepción, advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que señala que el 50% de las viviendas son anteriores a 1.980 y, por lo tanto, su construcción no estuvo sujeta a ningún Código Técnico de Edificación que obligara a poner unos espesores mínimos de material aislante en techos, paredes y ventanas. Salvo que se hubieran reformado luego, sus aislamientos térmicos y acústicos son deficientes.
OCU considera que mejorar el aislamiento de una vivienda reduce de manera significativa el ruido exterior, al tiempo que contribuye a reducir el coste en calefacción y refrigeración. Y cifra en unos 6.000 euros el coste de esta reforma en un segundo piso de 90 m2 con orientación norte y paredes colindantes con otras viviendas en una zona térmica como la de Madrid.
- Aislamiento de paredes: 3.600 euros. Con lana mineral o fibra de vidrio, que ofrecen un alto coeficiente de aislamiento térmico y acústico, resistencia al fuego y a la humedad. En climas templados como el de Madrid se aconseja un grosor de 10 cm. Ahorro energético de hasta un 70 %. Y la reducción del ruido, hasta 35 dB.
- Aislamiento del suelo: 1.200 euros. Con láminas de corcho o paneles de fibra de madera de 2 cm, de buena capacidad de aislamiento térmico y acústico (y son un material sostenible). Ahorro energético de hasta un 10%. Y la reducción del ruido, de hasta 20 dB.
- Aislamiento de ventanas: 1.200 euros. Se cambian las dos ventanas que dan al norte por otras con doble cristal y cámara de aire, vidrio bajo emisivo (reduce la transferencia de calor), y marco de PVC o aluminio con rotura de puente térmico. Ahorro energético de hasta un 30%. Y la reducción de ruido de hasta 15 Db.
OCU aconseja aprovechar las ayudas autonómicas disponibles para la mejora de la eficiencia energética con el fin de aislar también acústicamente la casa. Su importe cubre al menos el 40% del coste de la reforma. Eso sí, pare ello resulta imprescindible realizar antes y después una certificación energética de la vivienda que demuestre el ahorro energético conseguido, que debe ser superior al 30% en consumo de energía.
Además, hay subvenciones añadidas para rehabilitar viviendas en poblaciones en “reto demográfico” (Plan Pree 5.000) y deducciones fiscales para la inversión en la rehabilitación de la vivienda habitual.
OCU urge a agilizar la tramitación de las ayudas, simplificando el papeleo y creando una ventanilla única; e incluyendo el confort acústico entre los criterios para recibirlas. En el caso de los consumidores vulnerables, deberían poder beneficiarse de subvenciones de hasta el 100% del importe, incluyendo el IVA; pero no deberían condicionarse a ser beneficiarios del bono social, ya que alrededor de 1,2 millones de personas que tienen derecho a él no lo conocen o no saben cómo tramitarlo. Por último, la Organización solicita que su abono no supere los 6 meses desde la solicitud.
OCU sigue trabajando para conseguir que todo este proceso de renovación sea lo más sencillo posible a través del proyecto europeo HORIS (Home Renovation Integrated Services): un servicio que acompaña a los propietarios durante la reforma de una vivienda, en especial en lo que se refiere a ahorro de energía y energías renovables. Quienes estén pensando en reformar su casa podrán acceder a una plataforma que, a modo de ventanilla única, centralice los servicios financieros, legales y técnicos que van a necesitar para que todo les resulte más fácil.
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