Tres de cada diez otitis se producen como consecuencia del frío del invierno, tal y como afirman los especialistas.
Los causantes directos de esta molesta dolencia no son en sí las bajas temperaturas sino las infecciones virales propias de este tiempo. Los virus hacen acto de presencia de forma más constante en esta época del año, provocando un exceso de mucosidad que puede infectarse con el germen que causa y provoca la otitis.
El exceso de mucosidad en el oído derivado de este proceso y su infección provoca la otitis media que dependiendo de su gravedad puede ser otitis media aguda u otitis media crónica.
En el caso de la otitis media aguda los principales síntomas tienen que ver con el dolor agudo e intenso que provoca y que puede ir asociado también a una ligera pérdida de audición. El principal remedio suele ser la prescripción de antibióticos que eliminen el germen causante de dicha infección.
Una otitis media crónica es algo más grave puesto que puede dejar secuelas en forma de perforaciones timpánicas con supuraciones habituales y que sólo puede combatirse mediante cirugía.
En función de la gravedad de la otitis, la duración del cuadro oscila entre los cinco días y las dos semanas.
En ocasiones, la otitis no va acompañada de otalgia. Hay casos en el que, si se produce una otorrea, secreción por fuera del oído, la otitis no va acompaña de dolor y se detecta entonces por el fuerte olor y las secreciones.
Pero las infecciones víricas que aparecen en estos meses no sólo tienen en el oído un daño colateral. El nervio vestibular puede ser otro de los afectados, ya que su inflamación puede causar vértigos, náuseas y afectar al equilibrio puesto que afecta a la función del lado correspondiente.
¿Cómo se puede calmar el dolor de la otitis?
Si el oído no presenta herida o perforación timpánica el aceite proporciona calor de manera natural.
La preferencia de los especialistas es que sea el calor seco el que ayude a remitir el malestar, unos tapones de algodón, unas orejeras o un gorro de lana ayuda a mantener la zona con una temperatura cálida.
En el caso del exceso de cerumen, lo mejor es retirar los excesos del proceso vírico que se encuentren en el exterior y no en la zona interna. Se debe evitar a toda costa introducir bastoncillos o cuerpos extraños que empeoren la situación.
Finalmente, y en último caso, con el fin de reducir la presión del tímpano provocada por la supuración, el especialista puede optar por un pequeño corte, aunque no es la opción más utilizada. En cualquier caso, ante el empeoramiento del dolor o de la situación es conveniente visitar al médico en urgencias de hospitales o centros de salud.
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