Los pueblos de la provincia de Zamora se preparan para vivir una de las tradiciones más fervientes de la primavera. Este es el caso de la localidad de Fermoselle donde la tradicional alfombra ya luce en el exterior de su iglesia de cara a la celebración del Corpus Christi.
Sin embargo, este año las flores no son las protagonistas, pero sí la intención que hay detrás de este cambio de materiales. Las mujeres fermosellanas han realizado una alfombra más verde que nunca ya que esta se compone de tapones reciclados.
Una segunda oportunidad para este elemento de plástico en el que además se ha conseguido un precioso resultado, además de darles una segunda vida útil a los tapones. Las precursoras de esta iniciativa han posado orgullosas junto a su nueva creación.
La alfombra emula la escena del ensalzamiento de la Eucaristía tal y como la institucionalizó Jesús en la Última Cena al convertir el pan y el vino en su cuerpo y su sangre. Una bonita iniciativa que demuestra que como la tradición se adapta a los nuevos tiempos.
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