Argusino de Sayago, un fin de semana para el recuerdo

Medio siglo después de que la localidad zamorana de Argusino de Sayago fuera devorada por las aguas, el trabajo de la Asociación “Argusino Vive” permite que este pueblo que ahora reposa bajo las aguas del embalse de Almendra permanezca vivo en la memoria.

 Argusino de Sayago, un fin de semana para el recuerdo
Argusino de Sayago, un fin de semana para el recuerdo

Casi medio siglo después, los descendientes y vecinos del desaparecido pueblo de Argusino de Sayago han celebrado un fin de semana repleto de actividades. Entre sus objetivos se encontraba mantener el contacto entre nativos y descendientes. Para ello, se ha llevado a cabo un amplio programa de actividades que pretendía contribuir a rehabilitar su memoria y retener en el imaginario sayagués una parte fundamental de su intrahistoria, de su memoria remota y de su memoria presente.

Nativos y descendientes del pueblo se han volcado durante todo el fin de semana en una importante cantidad de eventos. La primera Carrera Popular “Argusino Vive” contó con una nutrida presencia de corredores. Igualmente seguido fue el concierto coral Aures Cantibus.

Ya el domingo, a primera hora de la mañana, con disparo de cohetes, los descendientes y vecinos del desaparecido pueblo de Argusino de Sayago irán camino a la ermita para izar el Pendón Viriato, perteneciente a la cofradía de la Santa Cruz. Una celebración religiosa que se unía a mediodía con la Santa Misa oficiada por el párroco  Manuel Benito García Martínez, y que estuvo acompañada por el tamborilero zamorano Luis Antonio Pedraza. Ya por la tarde, se iniciaba la procesión con un responso, de regreso el ofertorio y la típica subasta de bollos maimones, amenizada por la Asociación de Tamborileros de Zamora. Por último, a las seis de la tarde se daba a conocer el nuevo himno a Argusino

La pesca, la pintura y las actividades sociales también fueron protagonistas de un fin de semana donde la mayor parte de actos fue discurrieron en los alrededores del embalse dentro del término de Argusino. De esta forma, se recorrieron aquellos parajes más próximos al desaparecido pueblo, del que no quedan más referencias físicas que la ermita, construida inicialmente en 1972 y sometida a posteriores ampliaciones, y los restos que descansan en el agua y son visibles únicamente en los momentos en los que el caudal de la presa desciendo de forma considerable.

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