AutoRecicla: pasión por el motor y compromiso con el medioambiente

Tras varios años de obras y trámites burocráticos, AutoRecicla arranca con cerca de 13.000 metros cuadrados repletos de vehículos industriales, turismos y todoterrenos. Pese a la lentitud en la concesión de los permisos por parte de las administraciones, el joven Iván Cordero se muestra ilusionado con este nuevo proyecto formado por cinco apasionados del motor y comprometidos con el medioambiente. Prueba de ello, su nombre. Derivado de automóvil y reciclaje, AutoRecicla se encuentra dentro de los denominados CAT de la provincia, Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos al final de su vida útil para la correcta gestión de los residuos contaminantes de los automóviles.

“Desde que el coche entra por la puerta de la nave montado en la grúa, lo metemos en el taller y procedemos a la revisión y valoración del vehículo: comprobamos el estado del motor, la demanda del modelo, la antigüedad etcétera”, explica Cordero. “Una vez hecha la evaluación inicial, el vehículo pasa directo a la campa donde le asignamos un número de bastidor y lo descontaminamos: le quitamos la batería, le desconectamos los airbags y le extraemos el líquido de freno o el anticongelante, entre otras acciones”, prosigue. “A continuación, revisamos de forma minuciosa cada una de las piezas, desde las llantas hasta las aletas y los muelles, y los catalogamos”. Para esta fase, una de las más complejas del registro del vehículo, AutoRecicla se encuentra adherido a un novedoso portal informático llamado www.recambioverde.es a través del cual, el cliente puede buscar la pieza deseada de forma rápida, sencilla y con garantía de calidad. 

Todos esos productos y recambios, además de estar digitalizados en la plataforma online, se encuentran depositados y clasificados en las inmensas estanterías del interior del almacén, donde se apilan infinidad de faros, diferenciales o embellecedores de puertas. “El precio de cada uno de los recambios puede oscilar desde los 5 euros de una insignia hasta los 800 euros de una caja de cambios, el precio varía mucho aunque siempre lo intentamos ajustar en función del presupuesto y las necesidades del cliente”, comenta uno de los encargados. 

Una vez que se han aprovechado todas las piezas, los vehículos son triturados y reducidos a cubos de chatarra para su fundición y posterior aprovechamiento. Una larga y variada cadena de procesos que garantizan el respeto al medioambiente con una adecuada gestión de los residuos y el máximo aprovechamiento del vehículo. Una tarea para la que no hace falta una formación específica: “Para desempeñar este trabajo no hace falta saber mucha mecánica, la experiencia del día a día es el mayor aprendizaje”, sentencia Cordero.