La berrea, el salvaje ritual del ciervo que conquista la Sierra de la Culebra

Todo lo que debes saber para disfrutar de la berrea en la Sierra de la Culebra

Observación de la berrea del ciervo en la Sierra de la Culebra (Zamora)
Observación de la berrea del ciervo en la Sierra de la Culebra (Zamora) | Miriam Chacón

Con la llegada del otoño, los montes de la Sierra de la Culebra se transforman en el escenario de un espectáculo natural único: la berrea del ciervo rojo. Cada año, entre los meses de septiembre y octubre, los bramidos guturales de los machos resuenan con fuerza entre los valles y bosques de esta zona zamorana, rompiendo el silencio de la noche y anunciando el inicio de la temporada de apareamiento.

Estos sonidos, que pueden escucharse a kilómetros de distancia, no son simples rugidos. Son llamadas de poder y deseo, una demostración de fuerza con la que los machos tratan de impresionar a las hembras y advertir a otros competidores. Un ritual salvaje, casi ancestral, que convierte cada amanecer y atardecer en un momento mágico para quienes tienen la suerte de estar allí.

Uno de los lugares donde este fenómeno puede vivirse con mayor intensidad es Villardeciervos, un pequeño municipio enclavado en plena Sierra de la Culebra. Desde su entorno natural privilegiado, la berrea puede incluso escucharse desde el interior del pueblo. “Es fácil ver a familias de ciervos muy cerca del núcleo urbano”, asegura su alcaldesa, Rosa María López, quien destaca que estas semanas suponen también un notable impulso para el turismo local. “Los fines de semana se incrementa bastante el número de visitantes y los alojamientos están prácticamente al completo”, apunta.

La berrea se ha convertido en un reclamo turístico de primer nivel, pero también en una responsabilidad compartida: la de observar sin interferir. Desde la Oficina de Turismo de Villardeciervos se insiste en la importancia de disfrutar de este fenómeno sin perturbar el comportamiento natural de la fauna. Por ello, han difundido una serie de recomendaciones clave para todos aquellos que se acerquen al monte en busca de esta experiencia:

Los mejores momentos para observar la berrea son al amanecer y al atardecer, cuando los ciervos están más activos. Es fundamental acudir a los puntos de observación de fauna y dejar siempre los vehículos en las zonas habilitadas. Además, se pide seguir en todo momento las indicaciones de los Agentes Medioambientales y Celadores, quienes conocen el terreno y velan tanto por la seguridad como por la conservación del entorno.

También se recuerda que es imprescindible llevar siempre un móvil cargado, conocer cómo enviar la ubicación en caso de emergencia y contactar con el 112 si fuera necesario. Junto a esto, se recomienda mantener una distancia prudente respecto a los animales, evitar ruidos, no molestar al ganado ni dañar la vegetación. Y, por supuesto, queda terminantemente prohibido hacer fuego o tirar objetos como colillas o vidrios, que podrían provocar un incendio.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es la actividad cinegética en determinadas zonas. En palabras de la alcaldesa, "hay que tener mucho cuidado, porque en algunas áreas se permite la caza y, si no se toman precauciones, puede producirse un accidente sin intención". Por eso, se insiste en la importancia de informarse antes de salir y elegir zonas de bajo riesgo.

Para cualquier duda o más información, desde la Oficina de Turismo ponen a disposición del público los siguientes datos de contacto: teléfono 980 032 700 y correo electrónico turismovillardeciervos@gmail.com.

Cuando el sol comienza a asomarse por el horizonte y la luz inunda lentamente los bosques, el bramido del ciervo continúa surcando el aire, viajando entre los árboles, atravesando montes, despertando la vida salvaje que habita la sierra. Es un sonido que no solo atrae a las hembras, sino también a todos aquellos que buscan sentir, al menos una vez en la vida, la emoción de formar parte del espectáculo más antiguo del bosque.

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