Villanueva de Valrojo y su tradición se ha mantenido unida a la típica celebración pagana de los carnavales de cencerros que retumban en toda la localidad. 

Otro objeto típico de Villanueva de Valrojo en esta época son las tenazas, unas escaleras de madera que se utilizan para coger a la gente tras la que corren. Antiguamente se utilizaban también para llegar a las ventanas y balcones donde estaban las jóvenes, que recluidas en sus casas, no salían a la calle por miedo a que les pellizcaran.

Los cencerros son la parte más importante de los carnavales, así como la más cara del traje, oyéndose su toque desde todas las calles del pueblo, haciendo que los más miedosos corran a esconderse. En la posguerra, los carnavales fueron prohibidos en todo el país, siendo Villanueva de Valrojo uno de los lugares donde siguieron realizándose, en parte gracias a la buena voluntad de los sucesivos alcaldes que nunca se opusieron. Cuentan que en los días más importantes de carnaval, un alcalde se iba del pueblo con el fin de hacerse el desentendido cuando llegara la Guardia Civil, otro, los invitaba a su casa a comer y beber para que en la calle el pueblo se divirtiera.

Los días más importantes del carnaval son el 'Domingo Gordo y el martes'. Tradicionalmente, el martes de carnaval, los vecinos iban a trabajar en los caminos hasta el mediodía. Por la tarde se volvía a reunir el pueblo para el convite que daba la Junta Administrativa Es el Martes cuando aparece la figura del Demonio, y lo hace durante la verbena, después de apagarse las luces portando una tornadera de madera y azufre ardiendo, impresionando y asustando al público asistente. A veces el azufre es sustituido por incienso. El demonio irrumpe en el baile como diciendo: “disfrutad de la diversión y los excesos porque mañana empieza la Cuaresma con los ayunos y las abstinencias.”

 

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