CCRL considera que el proyecto de Jaramasa en Tábara solo busca avalar las macrogranjas

El colectivo leonesista califica de “muy sospechoso” que la promesa de crear una planta de reciclaje en Tábara ponga como condición indispensable la existencia de macrogranjas.

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 CCRL. Archivo
CCRL. Archivo

Hace unas semanas, el grupo empresarial Jaramasa Bioenergía SL, hizo público un proyecto empresarial para crear una planta de reciclaje de biomasa en Tábara. Sin embargo, para llevar a cabo el mismo, pusieron como condición indispensable la existencia de dos macrogranjas de porcino en la zona, como la que pretende instalar el grupo catalán Batallé en Faramontanos.

Debido a este condicionante, el Colectivo Ciudadanos del Reino de León (CCRL) considera que dicho proyecto planteado “es solamente un intento de limpiar la imagen de las macrogranjas, buscando forzar que se lleven a cabo”. Y es que, para el colectivo leonesista, “una planta para el reciclaje y el aprovechamiento de la jara, y para la fabricación de cisco, no necesita de macrogranjas. Es absurdo que pongan esta condición como indispensable, cuando ya hay plantas similares en la Región Leonesa como la de Babilafuente que reciclan biomasa sin la necesidad de macrogranjas”.

Por otro lado, ante la sección del proyecto que señala que con la temperatura obtenida de la quema de los purines se crearía un clima tropical para el cultivo de orquídeas, que posteriormente se exportarían a Europa, el colectivo considera “un tanto contradictorio que prometan puestos de trabajo en la zona a la par que afirman que las orquídeas serán cultivadas y cuidadas por expertos colombianos, es decir, que la gente que reside en la zona se vería excluida de los beneficios que pudiese crear esta parte del proyecto”.

En todo caso, para el CCRL el proyecto de Jaramasa supone “una forma simple de crear buena prensa a las macrogranjas, y dar a entender a la sociedad que son necesarias, para que de ese modo la ciudadanía de la zona no se oponga a las mismas. Pero la realidad es que, ni son necesarias, ni son buenas para las comarcas donde se asienten”. En este sentido, los leonesistas señalan que “la experiencia previa de otras zonas indica que las macrogranjas conllevan una contaminación de la tierra, de los acuíferos y del aire ocasionados por los purines, y acaban perjudicando a los pequeños ganaderos, que son precisamente los que actualmente dan vida a los pueblos de la Región Leonesa, manteniéndolos vivos”.

Por otro lado, desde este colectivo albergan serias dudas de que fuese a construirse la planta de Jaramasa una vez que se llevasen a cabo las macrogranjas, indicando que “primero ponen como condición la existencia de las macrogranjas, prometiendo una planta de reciclado posterior que conllevaría un futuro idílico con numerosos puestos de trabajo prometidos. Pero no creemos que el proyecto fuese más allá de facilitar la implantación de las macrogranjas, desechando posteriormente las promesas de la planta de reciclaje de jara. De hecho, si realmente tienen interés en la planta de reciclaje de jara, han de ser conscientes de que pueden llevarla a cabo perfectamente sin las macrogranjas.”

Y es que, desde el colectivo leonesista se oponen a la construcción de las macrogranjas, considerando que “no responden en absoluto a las necesidades que pueda tener una comarca como la Tierra de Tábara para desarrollarse, ni conlleva ningún tipo de producción industrial en la zona, ya que solo servirían para sacar materia prima de la provincia de Zamora, sin realizarse en ésta los procesos productivos que son los que realmente añaden valor y crean trabajo”.

Por este motivo, para el CCRL podría hablarse de una especie de “colonialismo interior”, en que “el País Leonés pondría las materias primas y sufriría los daños medioambientales o de salud que estas macroexplotaciones pudiesen provocar, creándose la riqueza y el grueso de los puestos de trabajo en otros territorios”.

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