La villa de Cerecinos de Campos celebró este 29 de septiembre una jornada especial, su vecina más longeva, Teresa Rodríguez Blanco, cumplía 100 años con la vitalidad y alegría que le ha caracterizado durante toda su vida. La asociación cultural Ceres, de la que Teresa forma parte, le obsequiaba con un gran ramo de rosas rojas en forma de corazón y con el sello marcado de los pétalos blancos de este colectivo cultural.
La ya venerable vecina de Cerecinos de Campos, la «abuela» por excelencia, Teresa Rodríguez Blanco, nacía un 29 de septiembre de 1922, en la festividad de San Miguel Arcángel, en el seno de una familia de labriegos, la cuarta de seis hermanos fruto del matrimonio de Toribio y Juliana. Las penurias de la época obligaron a Teresa a compartir las tareas de la casa con las faenas agrícolas. Cuando Teresa tenía 21 años, ya en el año 1943, el joven Pedro Casquero, recién llegado de la guerra, la llevó al altar y con el que tuvo un hijo que desgraciadamente falleció a los 9 meses. Pero aquellos fueron los tiempos de una época convulsa y nuevamente obligaron a Teresa a atender de la casa, las faenas del campo, cuidar de los animales y, como no, de los abuelos. Teresa siembre estuvo volcada con su familia, con sus sobrinos, y con cualquier persona con la que pudiera participar de un encuentro y disfrutar de la compañía.
Será este sábado 1 de octubre y aprovechando una mayor presencia de familiares y amigos, cuando se celebre a las 13:00 horas en la iglesia de San Juan Bautista una misa de acción de gracias bajo la protección de sus grandes devociones, San Antonio de Padua y la Virgen del Rosario. Precisamente la cofradía del patrón de Cerecinos la nombrará en la Eucaristía como Hermana de Honor. Cien rosas para una flor llena de vitalidad y alegría.
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