Además de mejorar la transmisión de datos con la aplicación de nuevas tecnologías, la organización para las Elecciones al Parlamento Europeo que se celebraron ayer en España ha aprendido de los errores de planificación cometidos en los anteriores comicios europeos, cuando se hizo una impresión del 120% del censo electoral para cada candidatura.
Hace cinco años, solamente en Castilla y León, se imprimieron 107 millones de papeletas, de las que sobraron más del 96,4%, indicador inequívoco del despropósito que suponía la fabricación indiscriminada desde el punto de vista de la sostenibilidad económica y medioambiental.
Por ese motivo, para estas elecciones se ha puesto en marcha una impresión discriminada y proporcionada, garantizando la disponibilidad de papeletas para todos los votantes y, si fuera necesaria, impresión en las juntas electorales o subdelegaciones a través de una aplicación informática facilitada por el Ministerio del Interior. “Todo ello, ha redundado en una mejora de la organización, con menor gasto, más ahorro y mayor respeto al medio ambiente”, indican fuentes ministeriales.
En total, para el todo territorio nacional se impimieron 55.303.806 de papeletas, 2.160.312 sobre de votación y más de 800.000 actas, manuales de mesa y certificados.
El número global de urnas que contuvieron los sufragios es de 12.402 y hay 4.465 cabinas y 6.605 indicadores de mesa y colegio.
Por lo que se refiere a la provincia de Zamora se imrpimieron 166.500 sobres de votación y se colocaron 248 mesas, 365 cabinas y 365 urnas (más reservas).
El presupuesto total para Castilla y León fue de 4.801.630,81 euros.
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