Declaran BIC con categoría de zona arqueológica 'El Castro' de Fresno de la Carballeda

 Declaran BIC con categoría de zona arqueológica 'El Castro' de Fresno de la Carballeda
Declaran BIC con categoría de zona arqueológica 'El Castro' de Fresno de la Carballeda

'El Castro' de Fresno de la Carballeda, en el término municipal de Mombuey, ha sido declarado Bien de Interés Cultural con categoría de zona arqueológica y se delimita la zona afectada por esta declaración debido a la ubicación del yacimiento, en una península formada por la inundación del embalse de Valparaíso, que delimita el castro en todos sus lados excepto en el límite norte, según indican fuentes de la Junta de Castilla y León.

Por ello, se fija como zona arqueológica un ámbito espacial que supera los límites físicos de la zona amurallada que ocupa para “garantizar la preservación de los valores propios del bien, su contemplación, apreciación y estudio”.

El yacimiento conocido como 'El Castro' se ubica al sureste de la localidad de Fresno, en una península que se ha formado por la inundación del embalse de Valparaíso, que lo delimita por todos sus lados, excepto el septentrional, más elevado, constituyendo un istmo por el que discurren los antiguos caminos.

Este entorno, hoy modificado, fue en su día un cerro prácticamente aislado, siendo el único lado accesible el situado al norte, por lo que las defensas naturales lo convertían en un punto de control estratégico, según las mismas fuentes.

Condiciones defensivas naturales

Este asentamiento castreño en el que han quedado evidencias de unas condiciones defensivas naturales excepcionales al contar, además, con un sistema defensivo de carácter modular y orgánico planificado desde su fundación y consistente en una serie de paramentos parcialmente conservados, que responden a las técnicas poliorcéticas de la Edad del Hierro.

Así, entre las estructuras destaca su recinto amurallado, elemento defensivo y símbolo más visible de la cohesión comunitaria de quienes lo eligieron. Este estaría precedido de un foso que serviría como cantera de material para levantar la muralla y en posición aún más avanzada se dispone un campo de piedras hincadas como barrera disuasoria que acogería un dispositivo de estacas y viñas.

La complejidad de estas construcciones junto con el hecho de que su extensión supere las 4 hectáreas de superficie en el interior del recinto, permite aventurar que se trata de un hábitat de carácter estable y permanente. Este sistema complejo de murallas no sólo impedía cualquier ataque por sorpresa al castro sino que avalaba su conexión social y determinaba su dominio en el territorio. Ante la escasez de materiales cerámicos, la cronología del yacimiento se debe establecer a base de paralelos formales tanto de estructuras como de los propios materiales.

En cuanto a las primeras, el asentamiento se ha venido datando en la transición de la I a la II Edad del Hierro y con respecto a los materiales, por su tipología, habría que asignarlos a la fase II de la Cultura del Soto de Medinilla, pero en esta zona se acepta su perduración hasta bien entrada la II Edad del Hierro, siempre según las mismas fuentes.

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