La Plataforma Vecinal de Santovenia, la Coordinadora Pueblos Vivos de Zamora y Greenpeace denunciaron hoy que los “altos niveles” de nitratos detectados en el agua potable en Santovenia del Esla (Zamora), “han obligado al Ayuntamiento a recomendar que no se bebiera el agua del grifo y a instalar un equipo portátil para potabilizar” el agua municipal.
“Según recoge la página web de la empresa, está valorado en más de 11.000 euros, aunque se hace a la medida de las necesidades de cada ayuntamiento. Greenpeace ha podido saber que, actualmente, existen 16 equipos potabilizadores instalados en la provincia de Zamora y que seis ayuntamientos ya solicitaron una planta fija”, señalaron fuentes de la organización ecologista.
“Es indignante que, pese a las advertencias previas de una situación de riesgo de contaminación del agua por nitratos que pesan sobre muchos pueblos españoles, se siga permitiendo el avance y malas prácticas de la agricultura y ganadería industriales, hasta el punto de dejar a los pueblos sin agua potable”, afirmó el responsable de Agricultura de Greenpeace España, Luís Ferreirim. “Basta ya de impunidad y de pensar única y exclusivamente en don dinero. Es hora de que las administraciones tomen cartas en el asunto y protejan de forma efectiva un recurso vital y cada vez más escaso, como es el agua”, añadió.
El proyecto de Greenpeace ‘Sin agua no hay pueblos. El derecho al agua limpia’ impulsó el año pasado la creación de la Red Ciudadana de Vigilancia de la Contaminación del Agua por Nitratos en el ámbito estatal. Se distribuyeron aparatos de medición de concentración de nitratos en el agua y en Castilla y León cuenta, desde entonces, con la colaboración de la Coordinadora Pueblos Vivos de Zamora, encargada de hacer mediciones en la provincia de Zamora, y con la Plataforma Futuro Limpio Campiña Segoviana, que hace lo propio en la provincia de Segovia.
Durante esas mediciones, se detectaron en Santovenia del Esla valores “preocupantes”, de 46 mg/l, en junio de 2021, y de 55 mg/l, el 15 de febrero. “A la luz de estos resultados, se alertó al Ayuntamiento, que publicó un bando el pasado 1 de febrero, alertando a la población de que la concentración de nitratos estaba en 47,9 mg/l, cuando el límite legal es de 50 mg/l, a partir del cual el agua deja de considerarse potable”, explicaron las mismas fuentes.
El 17 de febrero se instaló el equipo potabilizador de agua municipal para “solventar, provisionalmente, el elevado nivel de nitratos en el agua” y se recomendó a la población que utilizara esta agua para beber y para cocinar. “En este pueblo, la última medición oficial se hizo en septiembre de 2018 y dio una concentración de 29,5 mg/l (Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo – SINAC). Ante la situación actual el Ayuntamiento solicitó una analítica oficial pero no se conoce el resultado hasta la fecha”, anotaron.
En este contexto, Esmeralda Ferreras, vecina de Santovenia del Esla, comentó que los habitantes del municipio “llevan años consumiendo agua con elevados niveles de nitratos, con lo que eso puede conllevar para la salud”, además de criticar la “carga ganadera” alrededor del pueblo. “Como si no fuera poca y la presión que ejercen para los acuíferos todos los purines que se vierten en los campos agrícolas y los fertilizantes que se emplean, ahora nos quieren poner otra macrogranja de más de 5.000 cerdas”, advirtió. “Nos sentimos totalmente indefensos ante la contaminación y la única solución que pone la administración es instalar una máquina potabilizadora. Tenemos derecho a agua limpia, a beber de nuestros acuíferos”, subrayó.
Ganadería industrial
Greenpeace hizo hincapié en que Castilla y León ocupa el podio estatal en los tres sectores ganaderos más industrializados, concretamente, el primero en bovino, con el 22,2 por ciento del total de animales; el segundo en pollos y gallinas, con el 18,7 por ciento del total, y el tercero en porcino, con el 13,4 por ciento del total de animales. “Esta cantidad de animales genera ingentes cantidades de excrementos que, unidos a los fertilizantes sintéticos utilizados en gran medida para producir alimento para estos animales, son los responsables de la contaminación del agua por nitratos”, insistieron.
“El elevado número de explotaciones de ganadería industrial en Castilla y León coloca a esta comunidad autónoma en el primer puesto en cuanto a emisiones de amoníaco declaradas a nivel estatal y es responsable, según el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes y los datos de 2020, del 25 por ciento de estas emisiones”, agregaron.
La organización ecologista hace “responsable” a la ganadería industrial del 97 por ciento de las emisiones, con el cuarto puesto de España en metano, acumulando el diez por ciento del total declarado. “Además, sobre Castilla y León se cierne la amenaza de tener la mayor explotación de vacuno de leche de la Unión Europea: la macrovaquería de Noviercas, que explotaría 23.520 vacas. Sería la más grande de España y estaría entre las cinco más grandes del mundo”, anotaron.
“La curva del supuesto éxito de la industria ganadera en España está acompañada de un marcado deterioro ambiental e incluso de vulneración de derechos fundamentales como el derecho al agua limpia. Urge una moratoria para frenar en seco la destructiva ganadería industrial”, ha concluido Ferreirim.
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