José María Barrios, portavoz del grupo de gobierno de laDiputación y vicepresidente primero de la institución, reconoció en la rueda deprensa de la Junta de Gobierno que “en muchos momentos aunque quisiéramos no sepodía ampliar el número de residentes puesto que se estaban ocupando zonas con obras”. Actualmente, Barriosreconoce que hay una parte de la residencia que ya está totalmente adaptada,pero que “tenemos pocos residentes y tenemos que ver hacia dónde queremos quevaya la residencia de Toro”. Una decisión que se tomará tras reunirse con el presidentede la Diputación y decidir la línea a seguir.
Una de las posibilidades que se intentaron fue el trasladode enfermos psicosociales que están recibiendo tratamiento costeado por laDiputación en otras provincias y que fue descartada tras varios informesmédicos desfavorables, pues según el criterio médico esos pacientes no eranaptos para estar en un centro como el de Toro, ya que “debían estar en uncentro especializado” según explicó Barrios.
Sin embargo, Barrios explicó que los trabajadores de laresidencia podrían ser reubicados, recordando el caso de un colegio que cerró ysus funcionarios fueron trasladados a otros lugares. Además, Barrios quisoaclarar que no hay nada decidido, pues “no es lo mismo tener el mismo personalen una sola sala que como los tenemos allí en varias plantas” y que pese a quese exceden los parámetros marcados por la Junta de Castilla y León “el servicioque se da en la residencia de Toro es inmejorable y que estamos hablando depersonas, no de números”.