María Elena Delgado, o más conocida como 'Elenita la carnicera', lleva más de 50 años de trabajo a sus espaldas. En un linaje de cuatro generaciones de carniceros, Elena comenzó despachando con un vespino por la zona de Arcenillas y los viernes iba hasta Pontejos, pero ya en furgoneta, cuando se sacó el carné de conducir.
Más tarde, llegó a Moraleja del Vino donde comenzó a despachar en su carnicería donde estuvo trece años e hizo una pausa cuando se quedó embarazada de su hijo. Fue entonces cuando su vida laboral la llevó hasta Casaseca de las Chanas donde ha estado desde hace 25 años.
“Llevo desde los 15 años detrás del mostrador y solo tengo palabras de cariño a todos los clientes de todos los pueblos en los que he estado”, asegura Elena Delgado en su primer día de jubilación tras cinco décadas volcada en su trabajo.
El pasado 30 de abril bajó por última vez la trapa de su negocio que ha levantado de forma incansable durante un cuarto de siglo. “Es muy difícil mantener este tipo de negocios en los pueblos”, asegura pese a reconocer que el cariño que ha recibido cuando se ha dado a conocer su jubilación ha sido “inmenso”.
Mensajes de amor y que cariño que le ha llegado desde todos los lugares en los que ha trabajado, incluso de gente que solo ha entrado en su tienda de paso.
Y es que no solo es la cuarta generación de carniceros de su familia, porque en el linaje de Elena no sirve eso de que: “En casa del herrero cuchillo de palo”, ya que Antonio, su hijo, ha puesto sobre la mesa uno de los términos más buscados en lo que ahora llaman la España Vaciada: el relevo generacional.
“Llevo desde los 15 años detrás del mostrador y solo tengo palabras de cariño a todos los clientes de todos los pueblos en los que he estado”
Su hijo lleva ya casi diez años trabajando codo con codo con su madre y si ella se jubiló el Día del Trabajador, él ha abierto la trapa por primera vez en solitario en el Día de la Independencia. “Es que ni hecho adrede”, asegura la propia Elena entre risas.
Elenita, la carnicera, no ha podido evitar regresar a su tienda durante el primer día de su jubilación que asegura que se le hecho” raro”. “Me he levantado, he dado una vuelta hasta la tienda, me he emocionado un poquito y he vuelto a casa. Yo ya me he jubilado, no puedo estar por allí”, confiesa dejando bien claro que su hijo va a dar el mejor de los servicios.
“Mi vida entera está ahí. Pero también ha sido muy gratificante, me lo he pasado bien y estoy muy agradecida con todos los pueblos en los que he trabajado. Pero muy muy agradecida”, insiste.
La Asociación Cultural de Casaseca de las Chanas ha querido también despedir su trayectoria laboral, agradeciendo además su papel activo en todas las actividades el pueblo.
“Gracias Elena, por tu servicio al pueblo de Casaseca, pero principalmente Gracias por tu implicación siempre con la Asociación Cultural, participas en todas las actividades, colaboras siempre y no faltas a un evento, remas siempre a favor por la Asociación, y eso es de agradecer”, han expresado.
Como puede comprobarse, las muestras de cariño no han faltado, pero la propia Elena también ha querido además despedirse con una carta: “Escrita por una niña que dejó la escuela con 14 años”, reivindica, y con mucho cariño la ha compartido con sus allegados, para dar las gracias una vez más. Esta es la reproducción íntegra de su carta:
“Hoy finaliza un ciclo en mi vida laboral. Es mi último día al frente de mi pequeño negocio, que abrió sus puertas el 20 de mayo de 1998.
Han pasado 25 años y parece que fue ayer. Con sus luces y sus sombras ha sido un placer haber llegado hasta aquí.
Quiero agradecer al pueblo de Casaseca de las Chanas el estar y haber estado durante todos estos años, acompañando y ayudando a que todo esto fuera posible.
Es muy difícil mantener este tipo de negocios en los pueblos. Yo tengo la suerte de tener relevo en las manos de mi hijo que intentará daros siempre el mejor servicio.
Quisiera que me perdonarais si en algún momento no he estado a la altura de todos, Yo solo siento agradecimiento ante la respuesta que me habéis dado durante estos años para con mi negocio.
Espero que tengamos un pueblo con mucha salud, que es lo que os deseo de corazón.
Hoy dejo de estar al frente de mi negocio, pero seguiré siendo ‘Elenita, la carnicera’. A nivel personal, siempre a vuestra disposición”.
Las amigas de Elena acuden a sus jubilación a las puertas de su tienda
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