El embalse de Ricobayo no se recupera: pierde 100 hectómetros en quince días
Los vecinos de los pueblos afectados denuncian un nuevo vaciado a principios de año
El embalse de Ricobayo va a cumplir casi un año de vaciado indiscriminado que ha afectado soberanamente a los pueblos de la zona, sus negocios, su ganadería y a los veraneantes que se acercaban buscando descanso, tranquilidad y agua. La situación fue dramática durante el verano, con el volumen de agua tocando mínimos que sólo se han visto en la zona durante los años de sequía extrema.
Una vez pasado un 2021 que provocó severos daños en la economía de la zona, especialmente en aquellos locales que viven del embalse como pueden ser los clubes de vela o los chiringuitos de la zona; pero también en casas rurales, restaurantes y bares; la esperanza se encontraba en un 2022 en el que ya la lupa de Europa estaba sobre Ricobayo después de que en los últimos meses hayan existido diversos informes que ponían en tela de juicio la actuación de Iberdrola con el embalse, incluso una investigación de la Guardia Civil de Zamora.
Sin embargo, tras unos primeros días del año (y los últimos de 2021) donde las lluvias parecían ir llevando, poco a poco, a Ricobayo a sus niveles habituales o, al menos, a unos niveles que permitieran que la zona volviera a lucir azul y no marrón como lleva prácticamente un año, la situación vuelve a ser dramática. En noviembre el embalse comenzó a crecer ínfimamente, aunque con una tendencia positiva que invitaba a pensar que el deshielo y las lluvias podrían hacer que se recuperara la normalidad. Ricobayo pasó de 150 hectómetros cúbicos a 183 a lo largo del mes, un ascenso de 33 hectómetros cúbicos que apenas dejó un crecimiento de un hectómetro diario.
Diciembre, cuando las heladas se hicieron persistentes, mejoró soberanamente la situación y cerró el año con 377 hectómetros cúbicos, el primer mes con una recuperación importante hizo que en sólo 31 días se duplicara el volumen del embalse y permitió que algunas zonas que se mantenían totalmente secas desde mayo volvieran a recibir algo de agua. La tendencia siguió en los primeros días del mes de enero hasta que en la madrugada del 13 de enero se alcanzaron los 437 hectómetros cúbicos. En apenas 45 días Ricobayo había triplicado su volumen y dejaba una estampa aún de sequía y poca agua para la época del año, pero de esperanza.
Sin embargo, a partir de esa madrugada la situación cambió por completo y la recuperación se acabó tal y como pudieron comprobar agricultores y ganaderos de la zona, que pisan los campos todos los días y que comenzaron a ver de nuevo un descenso de las aguas, algo de lo que también se hicieron eco algunos de los cazadores de los cotos cercanos que notaron, de un fin de semana al siguiente, un descenso muy grande del agua a los mismos niveles que en verano. Y es que del 13 de enero al 28 del mismo mes, el embalse de Ricobayo perdió de nuevo más de 100 hectómetros cúbicos, pasando de los 437 que había logrado alcanzar como pico el 13 de enero hasta los 326 del 28 de enero.
Quince días negros en los que la situación volvió a devolver a la desesperanza a los habitantes de la zona que ven cada vez más claro cómo el 2022 será un nuevo año de sequía en la zona.
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