El Festival Benéfico Taurino de Toro recauda 2.600 euros para el programa “Vacaciones en Paz”

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 El Festival Benéfico Taurino de Toro recauda 2.600 euros para el programa “Vacaciones en Paz”
El Festival Benéfico Taurino de Toro recauda 2.600 euros para el programa “Vacaciones en Paz”

La Asociación Zamora con el Sáhara ha agradecido al Ayuntamiento de Toro y las empresas y particulares toresanos que han aportado su granito de arena a la organización del tradicional festival benéfico taurino de Toro, que este año ha permitido recaudar más de 2.600 euros para el programa “Vacaciones en Paz” de llegada de niños de los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf a la provincia para que puedan pasar el verano en Toro y otras localidades zamoranas.

El festival, que se desarrolló el pasado 21 de agosto en el coso taurino toresano, logró unos ingresos de cerca de seis mil euros que una vez descontados los gastos dejaron unos beneficios totales de 2.605 euros para el programa “Vacaciones en Paz” de la asociación Zamora con el Sáhara.

“Esta asociación quiere agradecer especialmente a las más de medio millar de personas que pagaron su entrada para acceder al festival, así como a los donativos entregados a través de la fila cero por personas particulares, establecimientos hosteleros o el Consejo Regulador del Vino de Toro. Igualmente es destacable la aportación de la carnicería toresana Pedro y Paquita, que corrió con los gastos del matadero, 150 euros, y vendió la carne de las becerras para entregar su recaudación, 530 euros, a la asociación. Igualmente es destacable el gesto de la dirección de lidia, que no cobró por sus honorarios, y de la empresa taurina, que donó las tasas de la Junta y del arquitecto de la plaza. Del mismo modo, colaboraron el Colegio de Veterinarios, el Colegio de Médicos y José María Corbella, así como Ambuibérica”, explicaban desde Zamora con el Sáhara.

El programa Vacaciones en Paz es una iniciativa solidaria que permite la llegada de casi medio centenar de niños saharauis a la provincia y que enriquece a las familias de acogida con el cariño de los pequeños y el conocimiento de una cultura y unas costumbres distintas. Los escolares saharauis, por su parte, pueden así mejorar su alimentación y acceder al pediatra, el oculista o el dentista, además de evitar las temperaturas de más de 50 grados que se alcanzan en el desierto en esta época del año.

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