Sin formación, casi sin comer y trabajando 20 horas: el calvario de los brigadistas en los incendios de Zamora

Durante un acto en el Salón de Actos de la sede de UGT Servicios Públicos Zamora, el sindicato analizó la gestión autonómica en prevención y extinción de incendios, alertando sobre la falta de planificación y de recursos.

Tomás Pérez, secretario general de UGT Servicios Públicos Castilla y León, subrayó que “el trabajo es de doce meses. Cuando vienen tiempos adversos, se apagan los incendios, y cuando hay menos fuegos, los trabajadores deben realizar otras tareas para que, al llegar el verano, el campo esté preparado”.

Pérez también criticó la gestión de la Junta, señalando que “el sistema antiincendios tiene que ser público” y advirtiendo que no firmarán acuerdos que no reconozcan al bombero forestal con formación continua y un plan de mando sólido. Añadió que la Administración autonómica “tiene que asumir el mando de manera integral y no dejar las cosas como si fuera un reino de taifas”.

Por su parte, Victoria Corbacho, secretaria de los sectores Local y Autonómico de UGT Servicios Públicos Federal, describió la situación en Zamora y León como un “abandono institucional”. Alertó que los recientes incendios han causado cuatro muertos, decenas de heridos, miles de hectáreas arrasadas y vecinos desplazados.

Corbacho denunció jornadas de trabajo de hasta 20 horas, deficiencias en avituallamiento y la falta de reconocimiento de enfermedades profesionales. Subrayó que “lo que salva al pueblo es lo público” y advirtió que recopilarán datos para tomar medidas legales.

Raúl Castaño, secretario general de UGT Servicios Públicos Zamora, calificó los incendios recientes como un “cóctel explosivo” provocado por condiciones meteorológicas adversas, ausencia de prevención, abandono del mundo rural y falta de personal cualificado. Señaló que muchos trabajadores fueron contratados sin formación, trabajando más de 20 horas seguidas y, en algunos casos, costeando ellos mismos equipos básicos.

El sindicato exige una revisión completa del sistema de extinción de incendios, incluyendo formación continua, reconocimiento profesional y un plan de mando eficiente, ante el riesgo de que se repitan tragedias como las recientes en la región.