La heroica historia de un Guardia Civil zamorano: "La mayor satisfacción es el orgullo propio de haber podido colaborar para salvar una vida"
Guillermo Arenas salvó la vida de una persona en un restaurante de la provincia cuando llegaba para disfrutar de una cena con sus amigos
El rugido de las motos de los miembros del MotoClub de Santa Croya de Tera se detenía en la localidad zamorana de Litos una fría noche de 2021, concretamente, la del 19 de diciembre. Los moteros de la localidad del Tera se las prometían muy tranquilas en una cena agendada en el restaurante 5&Caña; sin embargo, aquella noche una vida cambió a la par que otra se salvaba.
Guillermo Arenas Villar, Guardia Civil y motero, natural de Santa Croya de Tera, sería el primero del grupo en acceder al interior del restaurante, tal y como relata a Zamora24horas. "Entro y me encuentro una persona tumbada en el suelo y gran revuelo en el bar, y en ese momento lo pimero que comprobamos fue si tenía constantes vitales", explica. "Como estas resultaban negativas, sin pensarlo ni un segundo entre una chica enfermera, un camarero y yo nos pusimos a hacer la reanimación cardiopulmonar", añade.
Ante esta situación, apareció otro gran problema de la España Vaciada, y es la escasa dotación de desfibriladores semiautomáticos. "Pregunté si había alguno en el pueblo y me dijeron que el más cercano estaba en Tábara, a más de 15 minutos en coche", comenta y evidencia la necesidad existente de que pueblos y establecimientos como los bares o restaurantes estén cardioprotegidos.
Una imagen quedará para siempre grabada a fuego en la memoria de Guillermo. "Recuerdo que esa persona, de unos 70 u 80 años, no reaccionaba a ningún estímulo", comenta, con la misma viveza y el detalle como si hubiera sido ayer mismo. "Aguantamos con la situación siguiendo con el RCP hasta que llegó el personal sanitario, que tardaron más de una hora", añade y, con orgullo, cuenta que la historia acabó con el mejor de los finales. "Una vez estabilizado, el personal sanitario nos felicitó y nos dijo que,si no hubiese sido por nosotros, esta persona hubiese muerto".
Ante una situación así, se puede pensar en muchas cosas, pero Guillermo lo tenía claro. "En ese momento, sueles experimentar lo que llaman el efecto túnel, solo estás centrado en poder salvar la vida a esa persona". Y esa idea parte de una profunda vocación y la absoluta devoción y entrega que este santacroyano siente por su profesión. "Mi oficio es muy vocacional, y en esos momentos te das cuenta de que has elegido bien", explica y añade que "al final, siendo Guardia Civil, es bastante probable que alguna situación así aparezca en cualquier momento, y cuanto más y mejor formados estemos, será mucho mejor para todos".
Por esta heroica acción, el pasado miércoles, 19 de junio, Guillermo Arenas recibía en la Delegación del Gobierno de Castilla y León una de las 23 condecoraciones, con la Medalla al Mérito de Protección Civil, entregadas a personas e instituciones de las distintas administraciones y de la sociedad civil por su trayectoria en el la protección de personas y bienes en situaciones de emergencia y grave riesgo. "La mayor satisfacción es el orgullo propio de haber podido colaborar para que una persona pueda salvar su vida", relata. Como no podía ser de otra manera, también reconoce que "fue un reconocimiento muy bonito y, cómo no, a quién no le gusta que de vez en cuanto le reconozcan el trabajo bien hecho".
No obstante, a este respecto, también hay una persona fundamental en la vida de Guillermo y a la que no ha querido dejar al margen de tan honrosa distinción. "Doy las gracias a mi madre, que siendo enfermera pues fue la primera que me formó en estas cosas desde que era pequeño".
Y es que la Guardia Civil, como también se esmera en reseñar este héroe zamorano, "me ha permitido realizar algún que otro curso relacionado con los primeros auxilios". En este sentido, insiste en la importancia de este tipo de formación, no solo como miembro del cuerpo de la Guardia Civil. "Desde las instituciones habría que fomentar muchos más talleres de primeros auxilios para todos, para que cualquier persona pueda nutrirse de estos conocimientos", asegura.
Siendo un Guardia Civil joven, tampoco se reserva consejos para todos aquellos más jóvenes que valoren la posibilidad de adentrarse en ese complejo mundo. "Tienen que tener claro que es una profesión muy dura y que tienen que estar seguros de que lo hacen por vocación". "Si de verdad sienten esto, es una profesión fantástica, aunque a veces tienes que ver cosas muy duras", concluye.
Si algo está claro, es que Guillermo Arenas, zamorano, de Santa Croya de Tera, siente su profesión. Y para siempre podrá llevar consigo el orgullo de haber salvado una vida, un orgullo ya cristalizado en una más que merecida condecoración. Aquella fría noche de invierno, la vida de Guillermo se empeñó en demostrarle que no se había equivocado eligiendo su camino y que, gracias a ese acierto, ese 19 de diciembre de 2021 no acabó en la mayor de las tragedias.
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