Tan pronto hace calor como te cae una tormenta de granizo. Ese, es sin duda el pensamiento de los vecinos de Mayalde que este miércoles han presenciado como una impresionante granizada pintaba de blanco las anegadas calles del municipio. En las fotos, tomadas por Lydia González, se aprecia a la perfección la cantidad de piedras caídas en apenas unos minutos.
Las calles de Mayalde, blancas tras una espectacular granizada.
Lo cierto es que, por sorprendente que parezca, las granizadas veraniegas son bastante habituales. Tal y como explica la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología), el calor veraniego hace que la temperatura de la superifice terrestre sea elevada y se caliente el aire que está en las capas bajas. Este aire, al ser menos denso, asciende hasta encontrarse con masas de aire frío. Cuando hay humedad, estas corrientes ascendentes elevan el vapor de agua y forman nubes. Si esas gotas de agua se elevan a gran altura hasta masas de aire más frías de lo normal, se congelan y van formando embriones de hielo. Al llegar a la zona superior de la nube, el granizo cae por su propio peso, dando lugar a la precipitación.
Sin embargo, pese a lo espectacular de la precipitación, las granizadas son uno de los enemigos naturales de los agricultores, que pueden ver cosechas perdidas en apenas unos minutos.
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