Dejar atrás el incendio en busca de comida
Tres pastores caminan con 2.000 ovejas hasta Fontanillas de Castro donde encontrarán tierras para pastar tras ver todo su término calcinado
Una trahumancia improvisada en pleno verano. Un viaje desde su pueblo hasta un pueblo vecino, cruzando el embalse, en busca de pastos verdes. Dejar atrás el horror del incendio y aprovechar la solidaridad de los vecinos. El pueblo salvando al pueblo.
Tábara ha sido uno de los municipios más afectados por los incendios, concretamente por el que se produjo en Losacio y las ovejas no tienen pasto donde comer. Por ese motivo, tras la herida que han dejado las llamas, ha llegado la solidaridad.
Juan Luis Pérez, Lorenzo Arias y Maximino Pérez son tres pastores que conocen la zona, que llevan toda la vida entre el ganado y que con la ayuda de ocho mastines y varios perros pastores más están viajando como se hizo siempre en busca de comida con un amplio rebajo de 2.000 ovejas
Ellos son los encargados de guiar al numeroso rebaño por cañadas, caminos y parajes de monte bajo. Junto a ellos, ocho mastines y otros perros pastores -“por si se acerca algún lobo”, afirman- componen un equipo solidario con el propietario de las ovejas, José Manuel Pascualín, quien agradece las numerosas muestras de solidaridad que está recibiendo estos días desde el propio pueblo y de otros muchos lugares.
Si se cumplen las expectativas, será esta tarde cuando el amplio rebaño llegue a Fontanillas de Castro, un pequeño pueblo, anexo de San Cebrián de Castro, que tiene pastos y muy poco ganado hoy en día. El último pastor de pura raza falleció precisamente la pasada semana a la edad de 92 años.
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