Tras dos años de pandemia, muchos son los hospitaleros y los albergues que se vieron obligados a cerrar ante la falta de peregrinos, los cierres perímetrales y la difícil situación en torno al Covid-19. En este 2022, muchos son los que reabren en esa búsqueda de la normalidad aprovechando que la celebración del año jubilar se pospuso hasta este año y muchos son los que aprovechan para hacer ahora el Camino de Santiago.
El Camino Sanabrés tiene como punto de partida al municipio zamorano de Granja de la Moreruela, lugar elegido por la Orden del Císter para erigir su primer monasterio de la península ibérica. Un camino, que si bien hace 20 años se posicionaba como el camino del futuro, siendo el tercero que más peregrinos acogía, lo cierto es que 20 años después la situación es bastante diferente.
Tras dos años cerrado por la pandemia, José Almeida, hospitalero del albergue de Tábara, recibe de nuevo peregrinos esperanzado con las cifras, pero receloso del poco apoyo de las administraciones.
P: ¿Cómo está la situación este año?
R: La situación empezó bien. Nosotros abrimos en marzo y esos tres meses son meses de mucho peregrinaje. Es cierto que las cifras no superan a las de 2019 pero están dentro de la línea.
P: ¿Se nota la recuperación post pandemia?
R: Yo la verdad pensaba que iba a tardar mucho más en recuperarse pero desde luego que son cifras esperanzadoras.
P: ¿Posponer la celebración del año jubilar mejora las expectativas?
R: A nosotros no. Los peregrinos que pasan por aquí son de largo recorrido y esos pasan igual sea año Jubileo o no. Es cierto que los últimos 100 kilómetros si que experimentan un aumento pero nosotros aquí no.
P: ¿Ha afectado el incendio de la Sierra de la Culebra?
R: Si que ha habido ahora un pequeño bajón y por ello, salimos a reconocer como estaba el camino y si que es cierto que hay 6 kilómetros entre el embalse de Agavanzal hasta Villar de Farfón a los que llegó una lengua de fuego pero el camino está prácticamente en perfectas condiciones.
P: ¿Cómo esta posicionado ahora el camino sanabrés?
R: Es el gran dejado de la mano de dios. En el año 2004 este itinerario estaba posicionado como la gran esperanza de futuro, era el tercer camino con más peregrinos...9.300 en total que suponian un 5,4% de todos los que llegan a Santiago. Desde entonces, el número de peregrinos a nivel global se ha triplicado y siguiendo ese patrón deberiamos tener el triple, pero ha disminuido. Somos el octavo camino en términos de incidencia de peregrinos y es porque las administraciones no cuentan para nada con nosotros. Se toman decisiones en los despachos pero nadie viene a hablar con nostros sobre qué es lo que hace falta para potenciar y explotar esto.
P: ¿Qué pasa con el camino zamorano portugués?
R: Ese camino tiene un gran potencial y un gran inconveniente, la primera etapa. En la primera etapa entre Zamora y Ricobayo no hay ni un albergue y son 50 kilómetros por lo que se hace inviable. Nosotros propusimos y negociamos rehabilitar una casa en Almendra del Pan y nueve años después nadie ha querido arrimar el hombro y ayudar. No hay interés. En la provincia de Zamora hay 500 kilómetros de camino que pasan por un tercio de los pueblos de la provincia...pueblos a los que nunca va a llegar un turista pero pueden pasar peregrinos que pueden hacer consumo, pueden hablar del pueblo, pueden dar visibilidad...hemos recibido apoyo de Cánada, de Estados Unidos pero de las administraciones de aquí, cero.
P: ¿Qué expectativas hay de cara al verano?
R: Los meses de verano siempre disminuye aproximadamente un tercio de los peregrinos que pasan en marzo, abril y mayo y es porque está arraigado el pensamiento de que son meses en los que por estas tierras hace mucho calor y es todo lo contrario, el camino sanabrés es un camino ideal para hacerlo en verano porque no existe esa aridez que encontramos en Extremadura y Andalucía. Es un camino muy agradable y muy fresco para hacer en verano.
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