El proyecto de recuperación de Salto de Castro, un pueblo zamorano deshabitado desde hace más de tres décadas, ya ha comenzado de la mano de su nuevo propietario, Jason Lee Beckwith, un empresario californiano que ha decidido implicarse personalmente desde el primer momento. “Antes de que todos los contratistas y trabajadores empiecen a hacer lo suyo, siento la necesidad de ir allí y poner las manos en el lugar yo mismo”, ha declarado. Su primer paso: eliminar los grafitis de la iglesia del pueblo.
Beckwith compró el poblado por 310.000 euros y ha lanzado una campaña de micromecenazgo para financiar la restauración. Su intención es recaudar 300.000 dólares que le permitan avanzar en un ambicioso plan que incluye la rehabilitación de 44 viviendas, una iglesia, una escuela, un bar, una hospedería y un antiguo cuartel de la Guardia Civil.
El empresario ha mostrado desde el principio su compromiso con el entorno: los trabajos se realizarán con mano de obra y materiales locales, contribuyendo así al desarrollo económico de la zona. Además, tanto él como su esposa planean establecerse en España a finales de este año para dirigir personalmente las obras.
Beckwith no solo busca reconstruir un pueblo, sino darle una segunda vida como enclave turístico respetuoso con el medioambiente y la historia del lugar. La apertura del complejo se plantea por fases, con el horizonte puesto en finales de 2026.
El proyecto ha despertado un gran interés tanto en España como en el extranjero, y se presenta como un ejemplo de cómo la inversión internacional puede contribuir a combatir la despoblación rural con iniciativas sostenibles y centradas en la comunidad.
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