Montes abandonados, fuego descontrolado: la campaña que llama desde Sanabria a la acción ciudadana y al cambio
La Asociación Criosanabria, en el marco del Proyecto Libera, ha puesto en marcha una campaña de sensibilización y acción ante un escenario de cambio climático que ha dejado obsoleta la actual política contra incendios. Los grandes incendios, una vez desatados, son muy difíciles de extinguir debido a la acumulación de vegetación y a siglos sin una gestión adecuada de los montes.
Desde la asociación subrayan que es fundamental reorientar el modelo actual, centrado en la extinción, hacia una política integral de prevención basada en la ordenación del territorio. Esto incluye el diseño de paisajes en mosaico que frenen el fuego, la creación de corredores ecológicos que promuevan la regeneración natural y el aprovechamiento sostenible de especies autóctonas. Además, reclaman mejoras en las condiciones laborales de los equipos de extinción y campañas de concienciación ciudadana, ya que entre el 85% y 95% de los incendios son causados por el ser humano.
La campaña, que se difunde a través de redes sociales y carteles en espacios públicos, busca involucrar a la población local en la reducción de incendios. Se señala que el abandono del campo, el cambio climático, la falta de gestión de la vegetación y los vertederos ilegales contribuyen a crear un "polvorín" que facilita la propagación rápida de los fuegos.
Los macroincendios o incendios de quinta generación han aumentado un 175% en la última década, afectando cada vez más superficie forestal. Las frecuentes olas de calor, sequías y la proliferación de monocultivos de pinos, conocidos como “desiertos verdes”, agravan la situación, ya que estas plantaciones son altamente inflamables y fomentan plagas como la procesionaria.
Otro punto clave es la falta de una zonificación adecuada tras los grandes incendios recientes. Según Criosanabria, es necesario identificar las áreas donde el fuego tuvo mayor intensidad para intervenir únicamente en las zonas que requieren protección del suelo, mientras que otras pueden regenerarse naturalmente, lo que garantiza la conservación ecológica a largo plazo.
Además, la asociación advierte que el crecimiento rápido de biomasa y su estado seco debido a las condiciones climáticas recientes incrementan el riesgo de incendios y la dificultad para su control. La Sierra de la Culebra, por ejemplo, presenta áreas con condiciones de alto riesgo similares a las quemadas en 2022.
Por último, insisten en la importancia de abandonar la plantación de especies pirófitas como los pinos, que favorecen la propagación del fuego, y apostar por modelos de gestión forestal que combinen silvicultura sostenible, actividades silvopastoriles y participación activa de la ciudadanía para frenar la grave amenaza de los incendios forestales.
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