La original decoración fruto de la unión de los vecinos que convierte a este pueblo en la ‘envidia’ de Zamora: "La gente está muy volcada"
Un atractivo que no pasa desapercibido
La cultura, el patrimonio natural e histórico, las tradiciones… no son las únicas que otorgan riqueza a distintos rincones de la provincia de Zamora. Sus gentes, y más aún, la unión de los vecinos, en ocasiones sorprenden y crean un atractivo diferente.
Es el caso de la localidad zamorana de El Piñero, cuyos vecinos se han involucrado en una original iniciativa que ha llenado de colorido el pueblo y que no pasa desapercibida. Más de 70 palés de distinta índole llenan de color las calles: unos con poemas, otros con flores, otros con paisajes de la zona… y todo ello con material reutilizado.
La iniciativa surgió dentro de lo que denominan ‘taller de primavera’ y que tuvo una prueba piloto el año anterior, si bien en 2024 se realizaron unos 45 palés pintados y con macetas, y, aunque no se esperaba que la participación fuera mayor en esta ocasión, los vecinos se pusieron manos a la obra e inicialmente se decantaron por pintar en los palés parajes de la zona.
Algunos vecinos comenzaron a realizar sus ‘obras de arte’ en sus casas o en el local de la asociación y, como se trataba de pintar, inicialmente eran menos palés, pero el resto también se fue animando y algunos habitantes han decidido pintar más palés y poner más plantas en originales macetas realizadas con botellas de agua, de lejía y otro tipo de envases que se pueden reutilizar.
Y de ahí ha salido el espectacular resultado, unos 70 palés repartidos por todo el pueblo, de los más floridos con petunias o geranios a los parajes pintados acompañados de estrofas de poemas que escriben los propios habitantes.
No obstante, el trabajo no termina aquí, puesto que los vecinos se comprometen a hacerse cargo del cuidado de las plantas y de los palés de madera y habrá muy pocas personas de las poco más de 200 censadas en el pueblo que no hayan colaborado.
“Quien no cuida, pues planta, otro dona un palé, otro arregla una tabla rota, otro pone tornillos a las garrafas, otro pinta, otro transporta el material… La gente está muy volcada”, señala una vecina.
Y es que esta iniciativa tiene varios objetivos, a priori cumplidos: la unión de los vecinos, fomentar la vida en el pueblo, embellecerlo y atraer a foráneos. Todo un ejemplo que se ha convertido en la ‘envidia’ de Zamora.
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