"Se parte el alma solo por el hecho de llevarles agua. Cuando te dan las gracias, ves en sus ojos que están destrozados"

El corazón encogido y un nudo en la garganta es lo que deja la dramática situación de los incendios en Zamora, una provincia castigada por la despoblación y olvidada por el país. La provincia se consume en cenizas. Vecinos, animales y la naturaleza sufren los efectos de esta desoladora situación, que se ha reencarnado en un infierno donde las llamas avanzan y destruyen todo a su paso.

En medio de esta dramática situación, hay brotes verdes que se encarnan en personas que remueven cielo y tierra para ayudar. El zamorano, Víctor Cepeda, es uno de los vecinos que ha tendido su mano para apoyar a los afectados por los incendios. Es testigo del drama humano y ecológico que se está viviendo. Él, junto a un grupo de voluntarios, se ha desplazado con cinco vehículos desde el barrio de Pinilla hasta las zonas arrasadas para entregar donaciones a brigadistas y personas afectadas. Esta ‘caravana’ solidaria se desplazó hasta Villardeciiervos, Rosinos de la Requejada y Puebla de Sanabria, con ayuda recolectada por varios vecinos.

Al llegar, se encontraron con un escenario desolador. “Se parte el alma porque, incluso por el simple hecho de llevarles agua, cuando te dan las gracias, ves en los ojos que están destrozados, que no pueden más”, relata este zamorano, quien ha vivido en sus propias carnes cómo los bomberos desplazados se encuentran exhaustos. “No tienen suficientes medios y es una locura”.

Además de agua, los voluntarios llevaron alimentos esenciales: “Llevamos litros y litros de agua. También fruta, barritas energéticas... Llevamos los víveres más esenciales que necesitan”, sostiene.

En estos idas y venidas con agua y alimento, Cepeda narra el sentir de los afectados. “Viven con miedo, con mucho miedo”, señala, y añade que tienen “miedo de perderlo todo por lo que han luchado, de perderlo en cuestión de minutos. Ya ni siquiera piden responsabilidades a los políticos. Solo piensan: ‘Voy a salvar lo mío, y que sea lo que Dios quiera’.

Las redes sociales han servido de altavoz y vínculo entre las personas que quieren ayudar y quieren destinar sus alimentos a los afectados. “La gente se está moviendo una locura. Zamora, en general, toda la ciudad, está ayudando a la comarca una salvajada”, afirma.

Cepeda relata que los damnificados por la DANA en Valencia han querido movilizarse para sacar adelante la situación. “La propia gente de Valencia, Picaña o Catarroja se han puesto en contacto con Zamora Solidaria. Les dijimos que aquí no se puede hacer mucho en ese sentido, que los únicos que pueden salvar la zona son los bomberos forestales, los brigadistas y la gente del pueblo. Esos son los verdaderos héroes”, señala.

Toda esta ola de solidaridad tiene su base en la Asociación del Barrio de Pinilla, que se ha volcado. “Estamos en un grupo de WhatsApp más de 900 personas que estamos intentando sacar adelante lo máximo posible. Nos dicen que paremos de enviar cosas, porque ya no saben qué hacer con tanto. Están desbordados de alimentos, materiales...”.

“Emociona y duele a la vez”, apunta el zamorano ante esta avalancha de solidaridad. “Pero también nos quedamos con lo positivo, con la gente que se está moviendo para ayudar”, remarca.

Más que nunca, la frase ‘el pueblo salva al pueblo’ cobra más sentido que nunca. Zamora unida ante una desgracia sin precedentes. La mano siempre estará tendida para las personas que temen que el fuego devore sus casas, su terreno y sus animales.