La Plataforma Stop Biogás Zamora advierte a los ganaderos de la provincia con un comunicado sobre las consecuencias que trae la instalación de plantas de biogás y con ello “la proliferación de las macrogranjas de porcino”.
“La realidad es innegable: el desarrollo de la industria del biogás a base de purines y estiércol significaría sin ninguna duda el fin de la ganadería en Zamora tal y como la conocemos”, comienzan su comunicado.
Una de las consecuencias que la plataforma apunta es la subida del precio de la paja “estas plantas de gas metano consumirían toda la paja que ha estado disponible para los ganaderos hasta ahora” , además de afirmar que “ya existen contactos dirigidos a la compra de este recurso que resulta imprescindible para el mantenimiento de la ganadería de vacuno, ovino y caprino de nuestra provincia”.
La parte más perjudicada serían las “pequeñas y medianas ganaderías están al límite de su viabilidad económica y no podrían hacer frente a un aumento desmesurado del precio de la paja. En ese contexto, la pugna por este recurso entre las propias plantas de biogás provocaría el cierre de muchas explotaciones ganaderas, y la huida del campo de todas esas familias”, advierten.
Por otro lado, ponen el foco en la normativa europea que prohíbe el uso del estiércol y purín directamente en el suelo, con esto “las plantas de biogás serían las únicas gestoras autorizadas de estos residuos y muy previsiblemente no prestarían este servicio gratuitamente, sino que empezarían a cobrar a los ganaderos por recibir los purines y el estiércol para a continuación vender a los agricultores (no regalar) el producto resultante al que llaman abono de calidad y que está muy lejos de serlo”.
La instalación de macrogranjas es otra de las consecuencias “innegable“. “Hasta hoy estas enormes explotaciones han tenido que justificar la gestión de sus residuos planificando su aplicación en relación con una extensión de terreno proporcional. Pero una vez instaladas las plantas de biogás, las macrogranjas ya no tendrían limitaciones. De hecho, hay en estos momentos un gran número de proyectos de macrogranjas esperando para instalarse. Si dejásemos que esto sucediera las granjas pequeñas y medianas desaparecerían en un contexto de mercado porcino tensionado, siendo únicamente viables económicamente las ganaderías industriales”.
“Existe un conflicto en zonas de concentración de porcino por la incompatibilidad de la gestión actual de purines con el mantenimiento de unos mínimos en la calidad de las aguas de abastecimiento. Lógicamente habría que buscar soluciones consensuadas para su correcta gestión. Veamos cuál podría ser una solución de verdad y para la que en ningún caso se puede dejar de lado la voz de los ganaderos, ni mucho menos obligarles a deshacerse de un recurso propio con una contraprestación económica”.
Y concluyen pidiendo que “no se concedan más licencias a una industria porcina que genere purines” y pone de relevancia datos de países como Francia, Holanda y Alemania “en Francia el 82% de la población es partidaria de acabar con la ganadería industrial. En Alemania están reduciendo el número de cabezas. En Holanda están subvencionando cerrar las macrogranjas”.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios