Preocupación vecinal por la aprobación de nuevas macrogranjas porcinas en Zamora
La autorización de dos explotaciones intensivas, una de ellas en Torres del Carrizal, reaviva el debate sobre el modelo ganadero y la gestión del agua en una provincia castigada por la sequía.
La reciente aprobación de dos macrogranjas de porcino en la provincia de Zamora ha despertado la preocupación de vecinos y colectivos ecologistas, que advierten del riesgo ambiental y social de este tipo de instalaciones en un territorio especialmente vulnerable a la contaminación del agua y a los efectos del cambio climático.
Una de las explotaciones, situada en el término municipal de Torres del Carrizal, prevé albergar 3.164 cerdas reproductoras y se ubicará a menos de 1,5 kilómetros de las primeras viviendas de Piedrahita de Castro, un municipio colindante que, según denuncian los vecinos, soportará la mayor parte de las molestias sin recibir beneficios directos del proyecto.
Aunque el plan cumple con la distancia legal mínima de un kilómetro respecto a los núcleos habitados, residentes y expertos en medio ambiente consideran que la normativa actual es “claramente insuficiente” para mitigar los impactos derivados de este tipo de explotaciones intensivas.
Olores, purines y riesgo para las aguas subterráneas
El estudio de impacto ambiental del proyecto reconoce que el efecto de los olores será “severo” en las zonas más próximas y que el plan de gestión de olores todavía no existe. Los vecinos temen que la instalación afecte a la calidad de vida, el turismo rural y el valor de las propiedades en la zona.
La macrogranja proyecta generar 17.448 metros cúbicos anuales de purines, equivalentes a siete piscinas olímpicas. Parte de estos residuos se esparcirán sobre terrenos situados encima de la masa de agua subterránea de Villafáfila, un área declarada como zona vulnerable por exceso de nutrientes. Colectivos ecologistas alertan de que el vertido de purines podría agravar la contaminación de las aguas subterráneas, un recurso cada vez más escaso.
Un consumo de agua en debate
El proyecto cuenta con el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Duero para utilizar 212.392 metros cúbicos de agua al año, una cantidad que ha generado inquietud entre los habitantes de la provincia. En una zona donde las reservas hídricas se reducen cada verano, organizaciones locales reclaman una revisión del modelo productivo y del uso del agua para explotaciones privadas.
Un patrón que se repite
La instalación de Torres del Carrizal se suma a la macrogranja de Santa Croya de Tera, ubicada a poco más de un kilómetro de Santibáñez de Tera, donde los vecinos también han denunciado malos olores y posibles afecciones al entorno.
Para las plataformas ciudadanas, estos casos ilustran un fenómeno creciente: la expansión de un modelo industrial intensivo que pone en cuestión la sostenibilidad del medio rural. Reclaman una mayor transparencia institucional y una revisión de la normativa autonómica sobre macrogranjas, para evitar lo que califican como “una amenaza silenciosa” para la salud pública y el medio ambiente.
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