El pulso rural a la "industria sucia": Villardondiego dice no al biogás
Cerca de 150 vecinos se congregaron en una convocatoria informativa para conocer los riesgos de la planta de biogás proyectada en Villardondiego.
El pasado 1 de agosto, la Plataforma Villardondiego-Pozoantiguo organizó una reunión informativa que reunió a casi 150 vecinos de la zona, incluyendo residentes de Pozoantiguo, Villardondiego, Toro y de segundas residencias de la comarca. El objetivo fue alertar sobre los efectos perjudiciales que supondría la instalación de una planta de biogás en el término municipal de Villardondiego.
Esta plataforma surgió para cubrir el vacío informativo y el “oscurantismo” que rodea a estas instalaciones industriales, consideradas peligrosas y contaminantes. Se critica duramente la falta de transparencia tanto de la administración como de varios ayuntamientos, que no han informado adecuadamente a los vecinos sobre los riesgos a corto, medio y largo plazo de contar con una planta de biogás en su entorno.
De hecho, el Ayuntamiento de Pozoantiguo llegó a negar un local para la realización de esta charla, que finalmente contó con la presencia de expertos invitados, entre ellos miembros de “Zamora En Pie”, un licenciado en Ciencias Medioambientales, una doctora y la presidenta de una asociación.
Durante el encuentro, se explicó que estas plantas requieren un intenso tránsito de camiones pesados, de hasta 40 toneladas, que circularían unos 60 vehículos diarios durante cinco días a la semana. Estos camiones transportarían sustancias peligrosas como purines, estiércoles, restos vegetales y animales muertos, así como residuos industriales, lo que además podría deteriorar las carreteras y afectar la tranquilidad de los vecinos.
El proceso anaeróbico para extraer gas metano, que alimentaría el gaseoducto cercano, genera emisiones de gases muy contaminantes, como el ácido sulfhídrico, responsable del olor a azufre o huevos podridos, y el metano, cuyo impacto en el calentamiento global es superior al del dióxido de carbono.
Tras la extracción del gas, queda un residuo conocido como digestato, que se almacena en balsas y desprende un olor desagradable, atrayendo insectos. Aunque la empresa lo presenta como un fertilizante, este producto semilíquido contiene metales pesados y elementos químicos dañinos, poniendo en riesgo la calidad de las tierras y los acuíferos.
La planta produciría cerca de 200.000 toneladas de digestato al año, cantidad que requeriría extenderse en hasta 15 municipios para su aplicación, lo que los vecinos consideran insostenible.
Frente a las promesas de empleo y desarrollo económico, los asistentes destacaron que la planta estará muy mecanizada, por lo que no generará puestos de trabajo significativos, y temen que la contaminación y las molestias acaben vaciando aún más los pueblos, afectando la calidad de vida.
Además, se cuestionó la falta de agentes de vigilancia ambiental, ya que los pocos inspectores existentes reconocen no poder supervisar adecuadamente estas instalaciones, aumentando el riesgo de infracciones y malas prácticas por parte de las empresas.
Los vecinos expresaron su deseo de que se apueste por industrias limpias que permitan un desarrollo sostenible y digno de la vida rural, y lamentaron la aparente dejadez de los gobiernos autonómicos y central frente a proyectos que consideran “totalmente destructivos” para la región.
Ante esta situación, la Plataforma Villardondiego-Pozoantiguo anuncia que continuará luchando para defender el patrimonio, la salud y el futuro de sus pueblos.
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