Hace un año no se veía venir y estábamos a punto de comenzar una de las etapas más duras de nuestras vidas, algo que por entonces era totalmente insospechado y que iba a dejar un gran drama en la sociedad, aunque también momentos de solidaridad y humanidad sin límites.
Un año que deja muchas cicatrices y una gran lucha que continúa, pero que comienza a ver la luz en muchos de los centros que han sido víctimas del coronavirus. Es el caso de la residencia Fundación La Inmaculada de Villalpando o de la residencia de Almaraz de Duero en las que los usuarios de las mismas han podido regresar a las calles de las localidades, disfrutar del sol, del paseo, del aire fresco… de todo eso que hace un año pasábamos por alto.
Ante la grave situación, los usuarios de las residencias eran confinados el pasado 10 de marzo de 2020 y a tan solo cinco días de cumplir un año, han podido salir a la calle ante la favorable evolución del coronavirus en la provincia y con todos ellos vacunados ya con las dos dosis recibidas frente al coronavirus.
Atrás quedan los malos momentos tras malas rachas en las que se han tenido que suspender las visitas para garantizar la seguridad de los usuarios, ahora toca, dentro de la responsabilidad y el cumplimiento de las medidas, volver a disfrutar.
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