Tejiendo sueños con hilo de esperanza desde Camerún hasta Villanueva del Campo: un puente de mujeres que transforman vidas
María Escarda y Ana Campo impulsan un proyecto en Douala que forma a mujeres en costura para alcanzar autonomía; el municipio zamorano vuelve a volcarse con un mercadillo solidario que apoya esta causa
Ha pasado un año desde que se conoció que María Escarda, natural de Villanueva del Campo, se encontraba en África, comprometida con un proyecto de gran valor para mujeres, niñas y niños en Douala (Camerún). El proyecto, con el emotivo nombre de Tejiendo Sueños, despertó desde el inicio un notable interés.
El objetivo principal del proyecto consistía, como sugiere su título, en enseñar a utilizar máquinas de coser. Pero su impacto iba mucho más allá. Tejiendo Sueños ofrece a mujeres y adolescentes la posibilidad de acceder a un empleo remunerado, rompiendo con las redes de prostitución y marginación social, y permitiéndoles imaginar —y construir— un futuro digno y autónomo.
Ante la necesidad de recursos para la compra de máquinas y materiales, se organizó en agosto de 2024 un mercadillo solidario en Villanueva del Campo. El evento, que ofrecía artesanía africana, consiguió reunir fondos para apoyar esta causa, sumando a la localidad a una red de solidaridad internacional.
Este 10 de agosto, coincidiendo nuevamente con la presencia de María en España, se celebrará una nueva edición del mercadillo solidario, con el propósito de seguir alimentando sueños en Douala. La cita aspira a igualar —o superar— la respuesta solidaria del pasado año.
En esta ocasión, la iniciativa cuenta también con la participación de otra villanovana, Ana Campo Santo Tomás, profesora de español en la Guayana Francesa. Tras colaborar en la organización del mercadillo en 2024, Ana decidió dedicar sus 26 días de vacaciones a viajar a Camerún y unirse al proyecto Tejiendo Sueños.
Su experiencia en Douala ha sido profundamente transformadora. En sus palabras, destaca la resiliencia y fortaleza de las mujeres africanas, ejemplificadas en la historia de Rosina, madre de cinco hijos en situación económica muy vulnerable. Gracias al proyecto, Rosina ha logrado tener su propia máquina de coser, con la que trabaja a diario para sacar adelante a su familia. Para Ana, Rosina representa el verdadero significado de la lucha, la esperanza y la dignidad.
Villanueva del Campo vuelve así a tender puentes entre continentes, demostrando que la solidaridad no entiende de distancias cuando hay sueños por tejer.
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