Cuando se cumple un año del inicio de la tragedia que asoló Zamora y que arrasó en un primer incendio en la Sierra de la Culebra 25.000 hectáreas, pueblos evacuados y grandes pérdidas, algunos de los alcaldes de las zonas afectadas echan la vista atrás con desolación. Imágenes imborrables, momentos duros y la situación en estos pueblos un año después, testimonios que no pueden caer en el olvido y que a día de hoy siguen siendo desgarradores.
Jesús Hernández, alcalde de Ferreras de Abajo: “Tuvimos la desgracia de perder a un vecino”
Evacuados dos veces. Así fue la situación que vivieron los vecinos de Ferreras de Abajo durante el pasado verano. Si de por sí un desalojo es complicado, en este rincón de la provincia tuvieron que recoger todo lo indispensable en pocos minutos para huir de las llamas y pensar que, a la vuelta, las casas, garajes o parcelas iban a estar como antes. Deseos que estuvieron en sus cabezas durante horas y días, cuando las llamas acecharon la localidad.
Sin embargo, esas dos salidas forzadas del término municipal no fueron el peor golpe recibido para este pueblo. El mayor golpe fue la pérdida de su vecino Daniel Gullón Vara. Este peón manguerista estuvo luchando contra el fuego en Losacio hasta el último segundo, aquel en el que las llamas cercaron su posición e impidieron que pudiera huir. Una pérdida humana que sigue muy presente en la localidad, donde no han dudado en poner su nombre al polideportivo como recuerdo a uno de los héroes que trataron de frenar el avance de los distintos fuegos que asolaron la provincia.
Un año más tarde la tranquilidad está presente en el día a día, no así la imagen que se observa desde Ferreras de Abajo cuando se mira hacia el horizonte. Con el 80% del terreno del término municipal quemado en aquellas fechas, el verde dejó paso al negro. “Ahora vemos descampados porque están quitando toda la madera quemada, se ve la sierra pelada que da muchísima pena”, explica Jesús Hernández, alcalde de la localidad, que no duda en asegurar que “hay zonas que parecen de otro planeta”.
La lluvia del invierno y de estas últimas semanas está ayudando a cambiar este panorama, permitiendo que los pinos nazcan y la naturaleza se regenere a su ritmo. “Hay esperanza”. Esa es la frase con la que Jesús Hernández sueña con ver de nuevo la Sierra de la Culebra como entonces, con el verde en todo su esplendor.
Gregorio José San Pedro, alcalde de Ferreras de Arriba: “Queda en la memoria para el resto de los años que pueda vivir una persona”
Para Gregorio José San Pedro, alcalde de Ferreras de Arriba, los momentos iniciales “fueron muy tensos, muy duros y muy tristes” y destaca que fue trágico desde el primer minuto hasta el final.
“Era lamentable como corrían las llamas, no es tan fácil olvidar, queda en la memoria para el resto de los años que pueda vivir una persona. Fue un desastre total, las llamas iban a 90 kilómetros por hora”.
San Pedro incide además en momentos de extrema dureza como cuando el pueblo tuvo que ser evacuado. “Fuimos a Benavente y nos atendieron de maravilla, pero es muy triste salir de tu casa, ver a gente de entre 80 y 95 años sin saber cómo estarían sus casas cuando regresaran, esa intranquilidad”.
Tras echar la vista atrás, se centra en el momento actual un año después: “Ahora mismo están sacando la madera rápidamente por el tema de las plagas, y yo creo que las administraciones, desde el minuto uno, aunque haya gente que lo vea de otra manera, tanto Diputación como la Junta han estado a la altura con los ganaderos, con apicultores y con los ciudadanos porque una cosa es predicar y otra cosa es dar trigo”.
“Recuerdo muy bien cuando se inició el fuego, el verdadero desastre y, dentro de lo malo, es importante que las administraciones estén en un caso de estos con la gente que las necesita y se han comprometido en cuanto termine a reforestar y a hacer la vida lo más fácil posible dentro de las desgracias que ha sufrido esta tierra” y es que “la Sierra es muy fuerte, está ya muy verde porque la lluvia le está viniendo muy bien. Creo que dentro de poco cambiará un poco la historia visual de tanto quemado.
David Ferrero, alcalde de Otero de Bodas: “La situación es muy triste”
David Ferrero, alcalde de Otero de Bodas, recuerda un año después en declaraciones a Zamora24Horas este fatídico incendio con “momentos de mucha tensión, sobre todo cuando desalojaron a la gente”.
Ferrero destaca que hubo algunos habitantes que se quedaron, a otros hubo que sacarlos de casa y a otros tardaron en conseguir avisarlos. “Mucha tensión porque primero nos dijeron por la noche que el fuego iba en dirección a Villardeciervos y no teníamos que preocuparnos, pero luego a primera hora de la mañana nos llamaron para que desalojáramos porque era probable que, según venía el aire, que fuera hacia el pueblo, como así fue”.
“En el pueblo hay mucha gente mayor y también estaba el peligro de la gasolinera mientras las llamas avanzaban hacia la misma y tuvieron que acordonarla para evitar un mal mayor. En general, momentos muy duros y muy tristes”, resalta.
Pero en medio de la tragedia, hay momentos que le impactaron especialmente a David Ferrero. “Ver a la gente mayor llorando, venían muchos recuerdos, los castaños que tardan mucho en crecer y eran plantas de antepasados, y las viviendas que, dentro de lo que cabe tuvimos suerte y solo se quemaron dos, una está deshabitada desde hace tiempo y otra que la había comprado una señora a la que le han ayudado a construir de nuevo”.
A día de hoy Ferrero lamenta que “la situación es muy triste, ha habido que quitar la mayor parte del arbolado y parece un desierto, con lo que esta zona ha sido”.
Lorenzo Jiménez, alcalde de Villardeciervos: “Me quedó grabado el sonido del incendio: es como una máquina trabajando”
El campo arrasado, las personas recogiendo sus pertenencias o el miedo y el temor en los ojos del otro. Imágenes que algunos nunca olvidarán del verano del 2022 en Zamora, pero para otros el recuerdo más imborrable llegó en forma de sonido. Es el caso de Lorenzo Jiménez, alcalde de Villardeciervos, quien reconoce que no puede olvidar cómo sonaba el avance de las llamas: “Me quedó grabado el sonido del incendio, es como una máquina trabajando”.
Un año más tarde cualquier persona que llegue a Villardeciervos se topa con la imagen de la sierra quemada. “Está todo quemado, sin árboles y demás, y la verdad que la visión no es muy agradable”, explica el edil, quien pone la mirada en las lluvias del invierno y este mes de junio como la gran aliada en la lucha por la recuperación del monte.
“Los helechos han salido muchísimos y con mucha fuerza, y por lo menos la zona si vas paseando y vas mirando al suelo, pues no ves tan negro. Hay zonas que incluso te tienes que fijar mucho para ver que está quemado”. Una recuperación que va lenta, pero que llega junto a unos vecinos que ya se han “acostumbrado” al telón negro que se colocó en la Sierra de la Culebra desde el pasado verano.
Un incendio que dejaba devastada a la provincia y que ni por asomo se imaginaba lo que estaba por llegar en menos de un mes con otro fuego que dejarían decenas de pueblos desalojados, otras miles de hectáreas quemadas y además se llevaría, tristemente, vidas por delante.
Es necesario recordar lo que ocurrió en aquel momento para conocer en profundidad lo que sienten, no solo estos alcaldes, sino gran parte de la población que se dejó un pedacito de corazón en la Sierra de la Culebra:
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