Tres décadas de dedicación entre fogones que logran el merecido premio del descanso: "El trabajo es trabajo, pero las personas le dan sentido"
La Bocatería Carpanta se despide con la jubilación de Alfonso tras 31 años haciendo las delicias de los paladares benaventanos
Quién en Benavente no ha ido con sus amigos, familia o pareja a disfrutar juntos de un 'Cocoliso', un 'Milú' o, cómo no, un 'Carpanta'. Y es que la Bocatería Carpanta, mítica entre la población benaventana, bajará próximamente su persiana tras la jubilación de Alfonso, quien ha sido su alma mater los últimos 31 años.
La decisión de colgar el delantal, según explica a Zamora24horas, "no ha sido de un día para otro, es algo que llevo tiempo pensando, valorando pros y contras". Es por ello por lo que considera que no ha sido duro, sino "más bien es asumir que una etapa se acaba". "Han sido 31 años, una vida, pero llega un momento en el que el cuerpo y la cabeza te piden parar", añade.
Y es que en esas más de tres décadas, en toda una vida, como menciona, son muchas las experiencias y las vivencias que Alfonso cobijará en lo más hondo de su corazón para el resto de sus días. "Haber podido ganarme la vida con algo tan cercano y tan humano, ver pasar generaciones, clientes que luego traen a sus hijos, compartir buenos y malos momentos..., eso no se olvida", explica y asegura que "al final te llevas mucho más de lo que parece".
De todas esas cosas que uno se lleva en una trayectoria tan dilatada en el tiempo, Alfonso tiene claro que lo que más extrañará será "el trato con la gente". "El bar al final es conversación, risas, bromas, el trabajo es trabajo, pero las personas son lo que le dan el sentido", asegura. Pese a todo, y hasta ese 11 de enero cuando Bocatería Carpanta se despida de su clientela, Alfonso manifiesta que "la idea es seguir igual hasta el último día, atendiendo a la gente como siempre y con las mismas ganas". En este sentido, considera que "el bar no entiende de despedidas hasta que llega el momento", por lo que augura que "aquí estaremos dando guerra hasta el final".
Ahora, se abre ante él una nueva vida. ¿Qué cabría esperar de ella? Alfonso lo tiene claro: "Tranquilidad, sobre todo, tener tiempo para mí y para la familia, hacer cosas sin mirar el reloj y disfrutar de no tener horarios, que ya es bastante". El momento de su jubilación llega en un momento complicado para el comercio local benaventano. "Si la gente no sale, los bares no pueden seguir y cada vez habrá menos, y lo mismo pasa con el comercio local", lamenta.
Asegura, además, que "es importante que la gente de Benavente y la comarca apueste por salir, por entrar a los bares y por comprar en sus tiendas, porque eso es lo que hace que el pueblo tenga vida". "Escuchamos mucho que cada vez hay menos en Benavente, pero en nuestra mano está cambiarlo", afirma.
Como no podía ser de otra manera, Alfonso tampoco quiere dejar el Carpanta sin antes "dar las gracias a los clientes, a la gente que ha trabajado conmigo durante todos estos años y a mi familia, que siempre ha estado apoyando y ayudando". "Esto ha sido posible gracias a todos ellos, y me encantaría que Bocatería Carpanta no se quedase aquí", aclara con el corazón en la mano. Sea lo que sea lo que depare el futuro, lo que sí está claro es que Bocatería Carpanta y su legado permanecerán por siempre en los corazones de su fiel clientela, con el calor propio de un 'Milú' recién hecho.
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