La última página de la librería de Villaralbo

Después de treinta años, Pilar Manteca cierra Laumar “muy agradecida” con el pueblo y con “la pena” de tener que decir adiós

4 Comentarios

Pilar Manteca hojea un libro en su librería
Pilar Manteca hojea un libro en su librería

Treinta años, media vida, un cambio de siglo y el servicio diario a decenas de villaralbinos que se acercaban a consumir la prensa diaria, a comprar un libro o incluso a hacerse con un juguete.

Cuando acabe el 2021 Pilar Manteca apagará las luces, recorrerá los diez pasos que existen hasta la puerta y trancará dejando para siempre el cartel de cerrado. Librería Laumar cerrará tras treinta años de servicio ininterrumpido en el corazón de la localidad de Tierra del Vino, abriendo incluso cuando la pandemia del coronavirus cerró muchos de los servicios existentes.

A Pilar le ha llegado la hora de cerrar por motivos de salud y lo hace con mucha pena pero también con un agradecimiento enorme a las miles de personas que han confiado en esta humilde librería de pueblo que abrió en los años 90 y que se fue transformando como lo fue haciendo el pueblo.

No ha cambiado extraordinariamente Villaralbo en estos treinta años. Los niños que acuden al colegio lo hacen en un número similar y el número de habitantes ha crecido pero no de forma excesiva. Llegó internet, mejoraron las comunicaciones y cambiaron los hábitos de consumo pero Laumar fue cambiando con ellos, ofreciendo en todo momento lo que necesitó Villaralbo. Y es que la librería que era también kiosco de prensa diaria, también fue juguetería y ofreció productos de papelería.

Hace algo más de 30 años, Pilar tuvo a Laura primero, a Marta después y posteriormente una tercera hija que es su Librería Laumar con el nombre de sus dos niñas. Un nombre que todos los vecinos, no sólo de Villaralbo, sino de toda la comarca, fueron conociendo hasta hacerse imprescindible en el día a día del pueblo de Tierra del Vino.

Pilar atiende a una clienta
Pilar atiende a una clienta

 

“Cierro con muchísima pena pero mi salud es lo primero y es por lo que cierro. Me encanta mi trabajo, me encantan mis clientes, lo pasamos muy bien y sólo puedo agradecerles a todos porque es mi pueblo, es mi gente y estoy muy agradecida porque hemos abarcado mucha provincia” explica sensiblemente emocionada Pilar que no para de mirar su librería.

Se nota que la dueña de Librería Laumar lo va a pasar mal el día que eche el candado y escriba la última página de esta librería de Villaralbo que ha sabido adaptarse en los últimos años y ha expandido su negocio por muchos lugares de la geografía española gracias a su página web y a sus redes sociales.

Al contrario que otros negocios del medio rural que se van viendo arrinconados por la despoblación, Pilar Manteca no tiene que cerrar porque el negocio haya disminuido su presencia sino por motivos de salud que le han llevado a tomar la decisión de dedicarse a su vida y a su familia que ha crecido en los últimos años.

Si algo no ha cambiado en los treinta años que Laumar ha estado abierta es la pasión y dedicación de Pilar con los niños, esos primeros lectores que se acercan en ocasiones, acompañados de padres o abuelos y a los que siempre se ofrece a leerles un cuento y sumergirles en el apasionante mundo de la lectura.

A Pilar, el hecho de tener una tienda le viene de familia porque sus abuelos ya tuvieron una y es lo que le llevó hace treinta años a aprovechar un local que tenía vacío y adentrarse en un mundo, el de las librerías y la prensa diaria, que le apasionaba y del que no se ha desenamorado en las tres décadas que ha estado al frente de una.

Pilar, frente a la librería
DSC 1135

La llegada de las nuevas tecnologías, lejos de perjudicarle, le permitió llegar a más gente con los libros y la papelería mientras que notó un descenso de la prensa escrita que “con el tiempo va a desaparecer” aunque sigue habiendo muchos nostálgicos del papel, entre los que se encuentra Pilar: “Es muy bonito dar ese servicio diario pero me ha llegado la hora de dejarlo”.

Cuando Pilar tomó la decisión de cerrar, se apenó especialmente por dejar a sus vecinos sin un servicio que habían tenido durante tanto tiempo: “Este pueblo me da mucha pena, pero está acostumbrado a tener librería pero no puedo hacer otra cosa” señala con resignación.

Por las manos de Pilar Manteca han pasado tantos libros que duda a la hora de quedarse con uno sólo: “Es que hay muchos”. Las ilustraciones de Antonio Lorente son una de sus debilidades pero hay muchos libros con los que quedarse. “Memorias de una Geisha me gustó mucho y siempre recomiendo mucho Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos, que son del mismo escritor, Khaled Hosseini” recuerda mientras repasa mentalmente libros que le hayan marcado.

De los treinta años de andadura de Librería Laumar, si Pilar tiene que quedarse con un momento, lo tiene muy claro: “La ilusión cuando le compran a un niño un cuento. Ese brillo en la mirada… Cada vez que viene un cuento, para mi es un día de fiesta. Me encanta abrirlos, hojearlos, mirarlos… me encanta leérselos porque quizá sea el público más agradecido que hay”.

El ‘libro’ que Pilar Manteca ha ido escribiendo estos treinta años en Villaralbo con la ayuda de todos los vecinos y muchos otros llegados de diferentes puntos de la geografía zamorana y del país, está tocando a su fin y en este mes de diciembre se escribirán las últimas líneas de un libro que merece ser leído.

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído