En este sentido, la DGT recuerda que no llevarlo aumenta el riesgo de lesión en la cabeza, incrementa la severidad de las lesiones en la cabeza, el tiempo de internamiento en hospital y la probabilidad de muerte como consecuencia de lesiones en la cabeza.
Por el contrario, llevar puesto el caso hace que se reduzca el riesgo y la gravedad de esas lesiones en un 72%, reduce en un 39% la probabilidad de muerte, dependiendo de la velocidad de la moto, y hace que descienda también el coste del cuidado médico asociado a los accidentes.
El casco evita los golpes directos de la cabeza con el pavimento, con otros vehículos o con los elementos de la vía; evita que penetren objetos en la cabeza (piedras, hierros u otros objetos cortantes), absorbe parte de la energía del impacto y la distribuye por toda su estructura evitando se concentre en una parte concreta de la cabeza y evita la abrasión que sufrirían la cara y la cabeza al arrastrarse sin casco por el pavimento.
Por otra parte, la DGT advierte de que, a la hora de comprar un casco, es recomendable invertir en calidad y seguridad, es mejor optar por el uso de un modelo integral que protege la parte inferior de la cara y la mandíbula y que tenga colores claros, brillantes y reflectantes son más seguros porque facilitan que los demás usuarios de las vías puedan verle, así como cuidar que sea homologado, como garantía de calidad.
Además, se aconseja utilizar un equipamiento completo apropiado que incluya guantes, botas y mono, entre otros elementos.
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