Los Zamarrones de Villarino Tras la Sierra, mascarada “única” en la Península Ibérica
El experto en mascaradas de invierno Bernardo Calvo lo tiene claro respecto a la de Villarino Tras la Sierra: “Es tan
especial que el mejor libro que se ha publicado sobre ella fue el Carnaval de Julio Caro Baroja, que no llegó a conocer nuestras mascaradas”, expone. “Dijo que el Caballo era representativo solo de la zona vasco-francesa. En efecto, es la figura que aparece allí y pensaba que era exclusiva suya, según consta en el libro. No obstante, los caballicos son muy evolucionados. Unos, de la corte de Margarita de Navarra y otros, los vascos, más rudimentarios pero todavía hoy hacen el rito de herrarlos. El nuestro es más antiguo que eso”, añade.
La mascarada de Villarino Tras la Sierra empieza hoy, hacia las 15.30 horas. “Tengo debilidad por todas las mascaradas pero la de Villarino tiene algo que no tiene ninguna. Se juntan tres tradiciones. Primero, aparecen los zamarrones, equivalentes a los zangarrones y carochos de otros sitios. Luego aparece el Pajarito, en la que va el mayordomo de la Cofradía de San Esteban pidiendo. Antiguamente, lo hacía el mozo más joven, que tenía como misión cazar esa misma mañana un pájaro a modo de petición porque matando pájaros evitaban que les comieran las cosechas”, detalla Bernardo Calvo. “En cuanto a los Caballicos, que realmente son dos, en su rusticidad no tienen parangón en la Península Ibérica y, que yo conozca en otros países, porque esto va desde Siberia a Portugal y desde Irlanda Turquía. No hay otro personaje como éste”, agrega.
En este contexto, Calvo advierte al público menos avezado y no iniciado en estas lides que se abstenga de “ir con pantalones nuevos” y apostilla: “Conviene ir con pantalones viejos y, si es posible, con repuesto. Llevan un artilugio muy rústico que se asemeja a la cabeza de un caballo y detrás, una cola que van empapando en agua y barro continuamente”, comenta. “Ahora, que han asfaltado las calles, se ha perdido buena parte de ese detalle. El simbolismo de esta acción es enorme porque no hay nada tan fértil como el agua y el barro. Es la transmisión de la fertilidad. Antiguamente, iban sobre todo a por las mozas. Si va una mujer, va a salir embarrada”, señala.
La casa de Villarino Tras la Sierra más cercana a Zamora es la primera a la que se invita a dulces y a licores a los personajes de la mascarada, así como a cualquier vecino que se acerque. “Es una delicia. De ahí, van a la segunda casa, sumándose los vecinos de la primera. Así recorren todas las casas del pueblo y, al final de la tarde, la celebración es masiva para todos los vecinos”, comenta Bernardo Calvo.
Los personajes de la mascarada son dos Caballicos, El Pajarico, el Mayordomo de la Cofradía y dos Zamarrones. Los Caballicos llevan máscaras de mader rústicas pintadas de negro y rojo y cabeza cubierta con trapos. Por su parte, los Zamarrones se ocultan tras una máscara de corcho con larga nariz y los contornos de boca, ojos y sienes pintados de rojo y
Además, cubre la cabeza con pieles, ahora sintéticas, y lleva una cola empapada en barro y agua y cacha con tramo curvo muy pronunciado.
Después de recorrer las calles del pueblo, pide el aguinaldo.
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