Zamora, inmersa de nuevo en el horror del fuego: el triste balance de los dos fuegos que truncan la vida diaria de cientos de personas
La provincia se despierta tras una jornada aciaga, llena de tensión
La provincia de Zamora revive el horror del fuego y, aunque ninguna de las situaciones se puede comparar —ni la de los peores incendios vividos en la Sierra de la Culebra en 2022, ni la que se vive entre los dos fuegos de nivel 2 existentes en Zamora—, lo que sí se puede comparar es esa sensación de incertidumbre, de miedo, de tensión y de desolación.
La jornada de ayer quedará marcada como el lunes más aciago del verano de 2022 y, tristemente, volverá a quedar grabada en el recuerdo.
A primera hora de la mañana las sensaciones eran muy positivas en el incendio de Molezuelas de la Carballeda: una evolución favorable del fuego durante la noche, el regreso de los 800 vecinos desalojados de Molezuelas de la Carballeda, Uña de Quintana, Cubo de Benavente y Congosta a sus casas, y el incendio sin llama.
Nadie esperaba el dramático cambio que estaba por llegar y otra noche en vela. Sobre las dos de la tarde comenzaban a reavivarse las llamas ante un fuerte viento cambiante y, poco después, se confinaba en sus casas a los vecinos de Congosta y de Ayoó de Vidriales, mientras se avisaba de que se iban a producir descargas de agua en núcleos de población.
Poco después la situación era aún más complicada y se procedía a evacuar de nuevo Congosta, para después desalojar también Villageriz y Alcubilla de Nogales, cuyos vecinos se derivaban a Camarzana de Tera, mientras que estaban prevenidas las localidades de Ayoó de Vidriales y Carracedo para una posible evacuación. A última hora de la noche, lejos de mejorar, se procedía al desalojo de las localidades de San Pedro de la Viña y Carracedo.
Pero si ya la provincia tenía el corazón en un puño viendo como las llamas se llevaban por delante todo lo que encontraban a su paso, otro grave incendio inesperado hacía que a muchos les diera un vuelco al corazón.
En la localidad alistana de Puercas se originaba un incendio sobre las seis y media de la tarde y en menos de una hora se declaraba el índice de gravedad potencial 2 (IGR-2), que se refiere a incendios en los que se prevé una seria amenaza a núcleos de población.
Poco después se tomaba la decisión de desalojar Puercas ante la evolución desfavorable del incendio, si bien esta evacuación iba a ser más complicada de lo inicialmente previsto. Algunos vecinos se negaban a abandonar sus casas y se resistían a pasar por esa incertidumbre de desconocer lo que se encontrarían a su regreso; se resistían a abandonar sus vidas y a no luchar por su lugar.
Si parecía que no podía pasar nada más, otra localidad, San Martín de Tábara, recibía la orden de desalojo a última hora de la tarde, mientras que en Alcañices se preparaba el IES Aliste para recibir a todos los desalojados ante la noche más larga para muchos. Ya casi hacia la medianoche, de nuevo, comenzaba otro desalojo, en concreto el de Ferreruela.
Cabe recordar además que algunas carreteras han tenido que ser cortadas, lo que ha dificultado la evacuación en algunos momentos ante la peligrosidad que existía para los habitantes al circular por las mismas.
Ya este martes la situación se mantiene sin control y, por el momento, siguen evacuadas seis localidades del incendio de Molezuelas, alojados en Camarzana de Tera, así como está confinada Ayoó de Vidriales, mientras que sobre el incendio de Puercas, se mantienen desalojadas dos localidades, cuyos vecinos se encuentran en Alcañices.
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