Fieles y consagrados acompañan al presbiterio zamorano en una Misa Crismal llena de simbolismo

El obispo Fernando Valera presidió una solemne celebración en la que el presbiterio diocesano renovó su compromiso sacerdotal, en vísperas del Triduo Pascual.

Fieles y consagrados acompañan al presbiterio zamorano en una Misa Crismal llena de simbolismo
Fieles y consagrados acompañan al presbiterio zamorano en una Misa Crismal llena de simbolismo

La Santa Iglesia Catedral de Zamora ha sido escenario esta mañana de la celebración de la Misa Crismal, uno de los momentos más significativos de la Semana Santa en la diócesis. La eucaristía, presidida por el obispo D. Fernando Valera, reunió a una amplia representación del presbiterio zamorano, que renovó públicamente las promesas realizadas el día de su ordenación.

La ceremonia, celebrada a las 12:00 horas y retransmitida en directo a través del canal de YouTube del Cabildo Catedralicio, contó con la participación de fieles, consagrados y miembros de distintas realidades eclesiales de toda la diócesis.

La Misa Crismal, previa al inicio del Triduo Pascual, tiene una especial relevancia litúrgica: en ella se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, así como el Santo Crisma, utilizado en los sacramentos del bautismo, la confirmación y el orden sacerdotal.

Durante su homilía, el obispo recordó a los presbíteros que su vocación es un camino hacia la santidad, cimentada en una profunda vida de oración, entrega y caridad pastoral. "Un corazón enamorado de Dios —afirmó— reconoce el cielo en lo más sencillo y busca las gracias necesarias para su gente".

D. Fernando hizo un especial énfasis en la unidad sacramental entre sacerdotes y obispo, señalando que "cuando un sacerdote sufre, todos sufren; cuando uno está herido, todos lo están". También evocó las palabras del Papa Francisco en Gaudete et exsultate, que llama a la santidad vivida con paciencia, mansedumbre y alegría.

El prelado concluyó con una fuerte llamada al compromiso: "Sí, Señor, quiero permanecer en tu amor. ¿A dónde iré lejos de tu rostro?", palabras con las que invitó a los sacerdotes a reavivar el fuego de su vocación.

La Misa Crismal marcó así el inicio espiritual del tramo más profundo de la Semana Santa, con la mirada ya puesta en la celebración de la Pascua.

stats