Sin duda, esta procesión es una de las más emblemáticas. La estética de la Hermandad y el recogimiento y la austeridad que acompaña a todo el recorrido, la hacen indispensable en cualquiera de sus puntos.
Los lugares más destacados son su salida del templo de Olivares, su paso por la cuesta del Obispo o el arco de San Ildefonso, plaza Fray Diego de Deza, donde se rezará el Vía Crucis al paso de la procesión.
Además, aunque ya es muy de madrugada, es espectacular ver cómo se entona el Miserere Castellano en la Plaza de San Claudio al finalizar la procesión.
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