Tras dar la vuelta por San Andrés y el Mercado de Abastos, el paso del desfile procesional por la Plaza Mayor en dirección a la Catedral toma especial belleza, principalmente desde los soportales del Ayuntamiento viejo, desde donde se puede vislumbrar la llegada de las imágenes que bajan por Renova.
Pero sin duda, la llegada a la Catedral con cada una de las tallas acompañadas por el ritmo de las bandas de música no deja de impresionar, para después ubicarlas una a una en el atrio de la Catedral y hacer una parada para coger fuerzas.
Lo mismo sucede al final de la procesión,aunque este año en vez de en la carpa se realizará de nuevo en el templo de salida, en la iglesia de San Andrés, cuando se hace el último esfuerzo tras toda una tarde de desfile y muchos familiares alientan a los cofrades y especialmente a los cargadores. Si biendebido al poco espacio, en esta ocasión este momento no podrá ser tan lucido como en otras ocasiones.
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