Los expertos insisten en la necesidad de utilizar gafas de sol de alta protección en los deportes de montaña

 Los expertos insisten en la necesidad de utilizar gafas de sol de alta protección en los deportes de montaña
Los expertos insisten en la necesidad de utilizar gafas de sol de alta protección en los deportes de montaña
En temporada de deportes de invierno, es importante ser conscientes de que debemos proteger nuestros ojos del viento, las partículas de nieve y de la radiación solar, por eso, el Colegio de Ópticos- Optometristas de Castilla y León recuerda la necesidad de utilizar gafas de sol de alta protección para las actividades de montaña. “Estas lentes tienen que ser de grado tres o cuatro y deben filtrar el 100% de los rayos ultravioletas” en palabras del presidente del colegio, Ignacio J. Ferreira para quien también es importante que “sean polarizadas, porque además de proteger de la alta radiación UV, evita los deslumbramientos que origina el reflejo de la luz sobre la nieve”. Hay que señalar que, incluso en los días nublados, la radiación solar sigue teniendo efectos nocivos en nuestra visión, más aún si subimos a la montaña. Esto ocurre porque según aumenta la altitud, la atmósfera atenúa menos los rayos solares y, por tanto, son más intensos y más peligrosos para nuestro organismo. A esto hay que sumarle la posible presencia de nieve, que provoca un “efecto espejo”, ya que refleja más del 80% de la radiación ultravioleta.

En un entorno nevado y en alta montaña, existen otros agentes que también pueden impedir la correcta visión, e incluso originar daños en nuestros ojos. Según asegura Ferreira, “el viento que impacta en nuestra cara favorece la sequedad ocular, y si se combina con la presencia de nieve, es muy probable que partículas y pequeños cristales de hielo entren en nuestros ojos, algo que podría dañar la córnea”. Además de las molestias que podamos notar, la falta de protección va más allá. El Coocyl indica que la radiación ultravioleta provoca ciertos problemas como fotofobias, conjuntivitis y úlceras que si no son tratadas pueden derivar en consecuencias más graves. A largo plazo, está comprobado que acelera la aparición de algunos tipos de cataratas y de la degeneración macular asociada a la edad, dos de los problemas oculares más frecuentes durante la madurez.

Las gafas de sol adecuadas para este entorno también convienen que sean de espejo, para que la luz del sol se refleje sobre ellas y no llegue a los ojos; que cubra los laterales del rostro, para que protejan la piel de la zona; que se adapten perfectamente al rostro (algo que proporcionan las varillas y plaquetas nasales ajustables); que sean ligeras para que no molesten al realizar cualquier movimiento y que estén diseñadas con material orgánico para resistir mejor los golpes y las ralladuras.

El colegio recuerda que existe la opción de usar lentes de contacto debajo de las gafas de sol, o bien graduar alguno de los modelos específicos para este deporte.

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